Cuando restan solamente dos encuentros para llegar a la finalización de la primera vuelta de la temporada, el Arosa tiene por delante la posibilidad de despedir 2015 con las mejores sensaciones posibles. Teóricamente, el calendario ha querido darle una buena oportunidad para ello debido a dos cuestiones. Primero, el hecho de jugar en A Lomba el domingo (17 horas) y, segundo, por el hecho de medirse a un Noia que llega en la peor dinámica de la competición como queda patente en su condición de colista.
La indefinición clasificatoria de los vilagarcianos, situados a la misma distancia de la zona de play-off que de la de descenso, necesita de los tres puntos ante el Noia para empezar a marcar un rumbo definido. Pero es que hay más motivos que sirven para añadir trascendencia a lo que suceda ante los barbanzanos. Sin ir más lejos el hecho de que el Arosa ya no volverá a jugar como local hasta el 17 de enero puesto que al parón navideño de una semana le seguirán dos salidas consecutivas a Vilalba y Cerceda.
A ello se le añade la condición de equipo ambicioso que también caracteriza a los de Piscis. La incomodidad que les genera el haber ganado solo dos de los últimos doce partidos disputados les obliga también a hilar fino ante un Noia que también atraviesa por una sequía alarmante de buenos resultados. El cuadro coruñés solo ha podido cosechar cinco puntos de los últimos treinta disputados, datos que se traducen en una sola victoria y dos empates en las diez últimas jornadas. El Galicia Mugardos, otro de los recién ascendidos, fue la única víctima del rival de los arlequinados en los dos últimos meses y medio.
Por si fueran pocas las razones para poner toda la carne en el asador, lo propicio de la jornada para el Arosa aún puede ser mayor en caso de victoria. Y es que los enfrentamientos directos entre varios de los equipos que le anteceden en la clasificación también añade cierta plusvalía a lo que suceda en A Lomba. Duelos como el As Pontes-Cerceda, el Silva-Barbadás o el Rápido de Bouzas-Choco arrojarán resultados que harán mejor o peor lo que suceda entre vilagarcianos y noieses.
El primer obstáculo a superar por parte de los vilagarcianos será su propia sequía goleadora. El hecho de haber visto puerta en una sola ocasión en los últimos cinco encuentros le ha acarreado la pérdida de varias posiciones en la tabla, así como el hecho de que la cuarta posición se situase a ocho puntos de distancia.
Esas acuciantes dificultades para hacer gol del Arosa son todavía mayores en el caso de los noieses. Sus 15 goles hasta la fecha adquieren un tinte aún más dramático por el hecho de que pasa por ser el equipo que más goles ha encajado hasta la fecha con un total de 30 dianas.
Los números del Noia parecen terreno abonado para el resurgir de la artillería arlequinada. Por si fuera poco, solo en dos partidos de los 17 disputados ha sido capaz el equipo barbanzano de dejar su portería a cero. Incluso la progresiva recuperación de Sylla, tras el esguince de tobillo sufrido en O Morrazo, parece ponerse de lado de un Arosa que quiere despedir el año a lo grande.
