El informe que los técnicos municipales que ayer evaluaron los destrozos causados por el temporal en Balaídos remitieron a la Liga de Fútbol Profesional (LFP) sobre el peligro existente para la integridad de las personas si el partido entre el Celta y el Real Madrid llegase a celebrarse es concluyente: los daños que el viento ha provocado en la gradade Río impiden garantizar la seguridad de espectadores y futbolistas.

Los responsables del informe, el arquitecto municipal David Carvajal, el jefe del servicio de extinción de incendios y salvamento, Guillermo Domínguez, el jefe del área de seguridad, Antonio Vivero, y el ingeniero municipal Jerónimo Centrón no albergan duda alguna sobre las graves deficiencias de seguridad que ahora mismo presenta Balaídos. "El estado actual de la cubierta, con desprendimientos de 20 metros cuadrados de la chapa de cubrición y falta de seguridad en el anclaje de las otras chapas, hacen imposible el uso de las instalaciones ante el riesgo de nuevos desprendimientos y el imprevisible del desplazamiento y afección de las piezas desprendidas en su caída que pueden afectar tanto a los graderíos como al propio terreno de juego, existiendo riesgo tanto para jugadores como para espectadores, si se permite el uso en estas condiciones", concluyen los técnicos.

El informe municipal, al que ha tenido acceso FARO, precisa también que las actuales condiciones meteorológicas impiden la reparación de los daños, consistentes en "la revisión de la cubrición y el refuerzo de las carencias detectadas", en las próximas horas. "Estas labores no se podrán lleva a cabo hasta que las condiciones meteorológicas sean las adecuadas y se extiendan a lo largo de varios días para ejecutar con seguridad las actuaciones de reparación. Esta circunstancia se prevé, como pronto, el próximo martes, teniendo en cuenta asimismo el alto grado de imprevisibilidad de la previsión meteorológica", indica.

Además del desprendimiento de 20 metros cuadrados de la cubierta de Río Alto en la zona donde suele ubicarse la afición visitante, los técnicos han detectado numerosas deficiencias que incrementan el factor de riesgo. "Parte de la subestructura de soporte de la cubierta también se ha desplazado, por lo que existen otras chapas con riesgo inmediato de desprenderse", señalan. Y agregan: "Asimismo, en el entorno de cubrición continuo a este ámbito se comprueba que existen chapas corroídas con deterioros en el anclaje de la subestructura, que también están sufriendo movimientos con las ráfagas de viento, con evidente riesgo de desprendimiento de estas chapas que pueden desplazarse y afectar en su caída tanto a los graderíos como al propio terreno de juego".

El informe señala igualmente el plan de acción a seguir para reparar los daños. "La reparación puntual de las afecciones detectadas debe consistir en el análisis detallado in situ de las condiciones actuales, la retirada de las piezas desplazadas, el refuerzo perimetral de la cubrición que se mantenga y el anclaje de las chapas que presente deterioro mediante la colocación de red metálica estructural anclada a la estructura especial existente que evite nuevos desprendimientos", advierte. Los técnicos insisten también en que el mal tiempo impide acometer las reparaciones de inmediato: "Para la ejecución de estas tareas es necesario acceder y trabajar en condiciones de seguridad de los operarios, entre otras que las ráfagas de viento que no superen los 40 kilómetros por hora, lo que no se prevé que ocurra de forma continua hasta el martes".