El suizo Mathias Frank (IAM) tocó el cielo con las manos al conquistar en solitario la cima inédita de Mas de la Costa (Castellón), un "infierno" de 4 kilómetros donde los favoritos entraron juntos, con el colombiano Nairo Quintana (Movistar) dando un paso más para vestirse de rojo el próximo domingo en Madrid.

Después de su retirada en el Tour de Francia, Frank, de 29 años, cortó la racha desgraciada de 2016 con su primera gran victoria. Fue el más fuerte de la escapada del día y aprovechó un ataque a 3 kilómetros de meta para abrazar la gloria como vencedor de la decimoséptima etapa que llevó al pelotón desde Castellón a la cumbre de Mas de la Costa.

El suizo fue valiente con su ataque. Se retorció en la bicicleta en cuestas imposible de hasta el 22 por ciento de desnivel, pero su rebelión le permitió vivir el momento de gloria con el que soñaba. Fue el primero en recibir el saludo pintado en el suelo, "Bienvenido al infierno", convertido para él en un paraíso. A 6 segundos se presentó el checo Konig (Sky) y a 11 el holandés Gesink (Lotto Jumbo).

Mathias Frank se felicitó por la victoria, una gran satisfacción dentro de unos tiempos difíciles para él. "Llevo una temporada complicada y me dije a mí mismo que quería y recuperar sensaciones. Mi objetivo era ganar porque llevaba tiempo sin hacerlo, había estado un par de veces a punto y lograrlo ha sido estupendo. Además, ganar en una gran vuelta es una gran satisfacción", añadió.

Aunque ya tiene equipo para 2017, el AG2R, Frank lamentó la desaparición del IAM Cycling: "Hemos demostrado espíritu competitivo y es una pena que esto se acabe". Ya en el equipo francés, la próxima temporada tendrá "un papel secundario trabajando para (Romain) Bardet", el segundo clasificado del Tour 2016 y al que quiere "demostrar lo buen compañero" que es. Además, intentará "buscar triunfos" en otro tipo de carreras que no sean el Tour y "porqué no luchar por la General en la Vuelta" a España.

Los favoritos, por su parte, se guardaron respeto. Juntos rodaron hasta el pie de puerto final y juntos cruzaron la meta, casi de la mano, a 3.29 del ganador. Lo intentó Alberto Contador, puso en apuros a Froome y probó al colombiano Chaves, pero en un muro "bestial" abrir diferencias es complicado.

Quintana jugó a la defensiva, se soldó a rueda del madrileño y se dedicó a arrancar sin mayores complicaciones una hoja más de un calendario que solo ofrece dos citas más, la crono del viernes en Calpe y la montaña de Aitana el sábado. De ahí, a la Cibeles. "La subida ha sido brutal, típica de la Vuelta, pero me sentí muy bien de piernas. Me dediqué a subir a mi ritmo sin perder de vista a mis rivales. Ahora ya estoy pensando en la contrarreloj del viernes", reconocía Froome.

Sin novedades en la general. Quintana guardó la diferencia de 3.37 minutos sobre Froome, Chaves está a 3.57 y Contador, cada vez con mejores sensaciones, es cuarto a 4.02. "Son buenas las sensaciones mías y hemos visto hoy un equipo que está en muy buen estado y se ha portado a la altura. Esperamos terminar esto bien", declaró el líder tras descontar un día de su ansiado camino hacia el podio de Madrid.

La etapa posterior a la jornada de descanso ofrecía de inicio 177 kilómetros, calor, 3.700 metros de desnivel acumulado y tres puertos antes de la subida final de 3,8 kilómetro a Mas de la Costa. Armados de valor salieron del grupo 28 corredores. El mejor clasificado el más veterano del pelotón, Haimar Zubeldia, a más de media hora. No había peligro. Licencia para rodar.

Hubo entendimiento y una buena renta estabilizada en torno a los 5 minutos que permitió al grupo superar el Alto del Desierto de las Palmas, La Serratella y el Benasal, los aperitivos de la prueba final.

Un puerto inédito que representa el último descubrimiento de la organización. Mas de la Costa, nombre que significa cuesta y no litoral marítimo, advierte de antemano de lo que les espera a los corredores.

Mathias Frank y el italiano Dario Cataldo (Astana), el conquistador del Cuitu Negru en 2012, pasaron escapados a pie de subida, donde un cartel dice en castellano: "Aquí empieza el infierno".

A partir de ahí, ya pasado Llucena, "La Perla de la Montaña", toca sufrir en una carretera estrecha, entre curvas de herradura, terreno de cemento o de asfalto irregular. Ejercicio de supervivencia que supo interpretar a 3 kilómetros de meta Mathias Frank, cuando se marchó solo en busca de una línea cercana al cielo, a 980 metros de altitud.

Allí llegó tras comprobar que la gente andando iba más deprisa que él. Otro cartel le saludaba, ahora en inglés. "Welcome to hell". Quien le iba a decir a Frank que en ese infierno iba a encontrar el paraíso. El año que viene correrá en el Ag2r para ayudar a Romain Bardet en el Tour.

Los "gallos" de la general empatados. Nairo, a la defensiva, salvó el día, Froome tiró de "molinillo" para no quedar descolgado y aguantó el tipo, Chaves a rueda después del trabajo del Orica y Contador haciendo pruebas. Todos quedan pendientes del reloj. La cita, mañana viernes en Calpe.