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Balaídos alberga un choque de altura

El Celta retoma el pulso de la Liga frente al Atlético, un enfrentamiento que en los últimos años ha ganado talla futbolística con Berizzo y Simeone en los banquillos - La igualdad preside los duelos entre celestes y rojiblancos

John Guidetti celebra su golazo al Atlético en el último partido de Copa del Celta en el Vicente Calderón . // E. Candel

El Celta retoma el pulso a la competición el próximo sábado en Balaídos ante el Atlético de Madrid, un duelo que en las dos últimas campañas, con Eduardo Berizzo y Diego Simeone al frente de sus respectivos banquillos, ha ganado altura futbolística hasta convertirse casi en un clásico de la Liga.

Solidez defensiva, rigor táctico y eficacia en la finalización frente a velocidad, capacidad asociativa y atrevimiento. Sobre estas premisas se han sustentado los seis últimos enfrentamientos -cuatro de Liga y dos de Copa del Rey- entre celestes y rojiblancos con igualado balance -dos triunfos célticos, dos victorias colchoneras y dos empates- y fútbol de la mejor calidad.

El séptimo de los enfrentamientos entre el Toto Berizzo y el Cholo Simeone en la Liga española le llega a ambos equipos en un momento delicado, tras un inesperado mal arranque. El Celta no ha inaugurado aún su casillero después de naufragar en Balaídos en el estreno liguero frente al Leganés y plantar luego cara al Real Madrid en un prometedor encuentro, mientras que el Atlético no ha logrado pasar del empate frente a dos recién ascendidos como el Deportivo Alavés y el Leganés. Con semejantes antecedentes, el choque de este sábado en el coliseo celeste se ha vuelto una cuestión de necesidad.

Aunque el presupuesto del actual subcampeón europeo multiplica varias veces el del Celta, que esta temporada se sitúa en la clase media de la Liga, el duelo se presenta sin favorito claro, no en vano el Celta de Berizzo es uno de los equipos que más problemas ha generado al conjunto de Simeone en los últimos años.

El primer enfrentamiento entre ambos se produjo hace poco menos de dos años en el Vicente Calderón. El Celta, que el curso anterior ya había despuntado con Luis Enrique Martínez al frente del banquillo, sorprendió rebañando un empate a dos goles e incluso se adelantó en el marcador con un remate imposible de Pablo Hernández. En su primera aparición como titular, el Tucu cazó con un taconazo inverosímil un centro bombeado de Planas que dejó a Oblak en precario. El tanto celeste espoleó al Atlético, que aprovechó su maestría en las acciones de estrategia para adelantarse en el marcador antes del descanso con goles del uruguayo Diego Godín y el brasileño Joao Miranda tras un córner. Los celestes no se arredraron y volvieron a igualar el partido gracias a un penalti de Miranda a Planas que Nolito convirtió en el empate final. El partido fue trepidante, con alternativas en ambas áreas, y concluyó con el Celta encerrado en torno a Sergio, que salvó el punto con una actuación memorable.

El siguiente duelo cayó del lado celeste, que sacó los colores al cuadro de Simeone, con un recital de juego en el que fue probablemente su mejor partido de la temporada. Solo una semana después de que el Atlético pisoteara al Real Madrid en el Calderón, el conjunto de Berizzo bailó a los colchoneros con un fútbol arrollador que redujo a su rival a cenizas. Nolito transformando un penalti que él mismo provocó y Orellana, culminando una sublime jugada coral, refrendó una victoria atronadora.

Las tornas se cambiaron en el siguiente enfrentamiento liguero entre ambos equipos, también en Balaídos, en diciembre pasado. Esta vez los célticos apenas pudieron ejercer un yermo dominio de la pelota frente a un rival sin fisuras, sobrado de disciplina y físico, que se mostró letal al contragolpe. Sin Nolito ni Fontás y con Augusto en fuga, el equipo vigués fue presa fácil de los colchoneros, que abrieron el marcador con una magnifica jugada remachada por Griezmann y lo cerraron a once minutos del final con una gran jugada individual del belga Yannick Carrasco.

Tras la exhibición rojiblanca en Balaídos, pocos apostaban por el Celta en la eliminatoria de los cuartos de final de la Copa del Rey que volvió a poner frente a frente a Simeone y Berizzo apenas un mes después de verse las caras en la Liga. El equipo vigués quebró sin embargo todos los pronósticos firmando una eliminatoria casi perfecta, que concluyó con la toma del Vicente Calderón en una noche inolvidable. El primer asalto se saldó con un empate sin goles en Balaídos en el que el Celta se mostró inexpugnable, sin fisuras, contra un Atlético que prefirió no asumir riesgos. En la vuelta, el Celta congeló el Vicente Calderón con una victoria inapelable (2-3), que dejó al equipo de Simeone en la cuneta y clasificó al equipo vigués para las semifinales de la Copa. El choque se recordará por el golazo de Guidetti (un misil desde 30 metros que dejó paralizado a Atlético) y la soberbia actuación de Pablo Hernández, autor de dos los tres goles célticos. Griezmann, tras un rechace, y Correa, a nueve minutos del final, marcaron por los rojiblancos.

El último enfrentamiento entre el Celta y el Atlético se celebró en la última jornada del pasado campeonato en el Vicente Calderón con ambos equipos con el objetivo cumplido. Esta vez no hubo margen para la sorpresa y el equipo de Simeone se llevó fácilmente el triunfo con dos tantos casi consecutivos de Fernando Torres y Griezmann al inicio del segundo tiempo.

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