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Aniversario

Diez años del día que Pereiro vistió de amarillo a toda Galicia

Se cumplen hoy diez años del final del Tour de 2006 que coronó a Óscar Pereiro en la mayor gesta de la historia del ciclismo gallego - "Toda aquella locura que se vivió en Galicia es algo que nunca podré olvidar", explica el ciclista

Diez años del día que Pereiro vistió de amarillo a toda Galicia

Óscar Pereiro recuerda todo lo que sucedió desde que comenzó el Tour de Francia de 2006 hasta que terminó en octubre de 2007. Cuando se le pregunta por aquella época responde sin dudas. Frases contundentes. A veces piensa, otras se reacomoda en la silla. No le molesta que le recuerden todo aquello. Responde a todo. Transmite seguridad y reflexiona en voz alta. Evita esconderse en respuestas sin sentido. Entrevistador y entrevistado se enzarzan en una conversación, sin límites.

La primera pregunta le hace pensar. ¿Dígame dos momentos que recuerda especialmente de aquella carrera? "Muchos?", contesta. Y añade que "la imagen con José Miguel Echavarri, mi director deportivo, y un masajista esperando que pasaran 29 minutos para ser el líder del Tour de Francia. Y también los días que pasé, junto a mis compañeros, como primero en la clasificación general. Inolvidables".

En aquellos días se escribieron y se dijeron muchas cosas sobre Óscar Pereiro. Una de ellas es que había tenido suerte y que todo fue producto de la sorpresa el colocarse líder al estar en una fuga que llegó con casi media hora de ventaja a la meta. Y él desvela que "la suerte hay que buscarla. Reconozco que fue una sorpresa. Ese día les dije a mis compañeros en el desayuno que cogería la escapada buena. Seguro. Y lo cumplí". Se le puede decir entonces que estaba en el momento justo en el lugar adecuado. Y añade que "algo se cocía en el pelotón. Tenía la sensación de que se liaría una gorda. Y se lió. Pero después también se dieron otros condicionantes para que pudiera ser líder, sobre todo la falta de decisión del Phonak. Yo no contaba con eso".

Llegó a lo más alto del Tour de Francia y se defendió con todo lo que pudo. "Los rivales me dieron vida y no quería desaprovechar la ocasión. Estaba en mi mejor temporada y tenía el podio al alcance de la mano. Soñaba con ganar el Tour, pero también era consciente de la realidad de que eso era solo para privilegiados. No era imposible en 2006, pero sí muy complicado", desvela.

Óscar Pereiro, con el "maillot" oro del Tour de Francia.

Floyd Landis recuperó el primer puesto el penúltimo día. Un golpe deportivo para el ciclista de Mos. O no. Reconoce que "me dolió, claro. Sobre todo por que era el líder en aquel momento. Hubiera sido distinto si ya estuviera segundo. Pero también digo que ganar estaba muy caro. Siendo realista, casi imposible ante mi rival".

En los Campos Elíseos de París se vivió una ceremonia que pasará a la historia. Óscar Pereiro en el segundo cajón. Floyd Landis en el primero y Andreas Kloden tercero. Nadie sabía que aquello cambiaría a las pocas horas. Antes, el ciclista del Caise de Espargne recibió multitud de homenajes y reconocimientos en dos jornadas agotadoras. En una entrevista en Faro de Vigo, señaló que "va por Galicia". Y tenía su explicación. "Me sentía gallego y conocía la que se había montado aquí. Muchas personas se enganchaban a la televisión para verme. Incluso dejaban la playa. Era algo que nunca antes había vivido. Salí de Mos como un ciclista más del Tour y cuando llegué era un héroe. No me lo acababa de creer". Tras una pausa añade que "cuando volví a casa y veía a la gente emocionada, contenta y feliz yo también me emocionaba. Era consciente de que aquello no se volvería a repetir".

El recibimiento en Peinador fue apoteósico y también en el pabellón que lleva su nombre en Mos. En ese escenario, Óscar Pereiro se puso un maillot amarillo del Tour para saludar a los aficionados. Coincidencia o no, tres días después se conoció el positivo de Floyd Landis. Y recuerda el momento en el que se enteró. "Estaba en el Faro haciendo una entrevista con Juan Carlos Álvarez. Decían que uno de los primeros del Tour había dado positivo Y lo primero que dije, y él está de testigo, fue que esperaba que no fuera cierto".

Hoy explica los motivos: "El ciclismo estaba herido. Pocos meses antes del Tour se había desarrollado la Operación Puerto contra el dopaje. Los ciclistas perdimos credibilidad. La habíamos recuperado en esa carrera por la lucha que existió y la batalla deportiva. En tres semanas habíamos cambiado la imagen. Un positivo en ese momento era una patada muy grande otra vez a este deporte".

Floyd Landis inició una cruzada contra lo evidente. Reclamó su inocencia. Pero fue denunciado por las autoridades norteamericas que meses después le declararon culpable. Óscar Pereiro comenzó a vivir una situación inédita. "Floyd se equivocó. Cometió el error de doparse, pero también el de querer ir contra todos y no aceptar su culpa. No deja de ser persona por haberse equivocado. Sin embargo, todo lo que hizo después me dolió". El ciclista de Mos no ha vuelto a hablar con él desde que terminó el Tour 2006. Reconoce Óscar Pereiro que hubo un acercamiento, pero lo descartó: "Estábamos en la Vuelta a España y al final de una etapa me dijeron que también estaba allí. Quise acercarme. Pero cuando iba hacia el lugar comprobé que me rodeaba la prensa. Querían la foto del morbo. Y me di la vuelta. No quería eso. Solo saludarlo como persona". Pereiro afirma que hoy en día Landis "lo está pasando mal. No se lo deseo".

En algún momento se puso en boca de Óscar Pereiro que Floyd Landis le había "robado" la foto de campeón en los Campos Elíseos. El de Mos se revuelve en su asiento cuando se le pregunta por esto y es contundente: "No. No y no. A mí no me robaron nada. Dije, y eso es cierto, que nos jorobaron esa foto, que era la que merecíamos. Pero nada más. No me robaron nada, insisto. Todos los campeones del Tour de Francia tienen esa foto en el podio de París, menos yo. Es evidente".

El Tour de Francia lo recibió dieciséis meses después en un acto que se desarrolló en el Consejo Superior de Deportes en Madrid. Pareció algo frío y la cara del protagonista transmitía esa sensación. Lo corrobora: "Veía más cámaras de televisión y de fotos que gente del ciclismo. No me transmitía nada aquello. Lo único que pensaba era que se había terminado todo. Que era el final después de tanto tiempo de espera. Y no era culpa del Tour, sino de la Unión Ciclista Internacional".

Por lo tanto, ya era ganador de una carrera por etapas y se podría añadir como un vencedor en diferido. "Nadie ha ganado un Tour como yo. Tan largo, tan complejo y con tanta inquietud". Esos meses que pasaron desde que finalizó la carrera hasta su proclamación como ganador fueron quizás los peores para Óscar Pereiro: "Era un ganador virtual y eso me molestaba. Me resistía a estar en esa situación. Era una incomodidad. Tiene que existir un reglamento para que esto no vuelva a suceder. Que los plazos sean más cortos". Y confiesa que "me paraban por la calle y me decían que en 2007 volviera a ser campeón. Eso era imposible. Era un corredor de nivel medio-alto, para estar entre los diez primeros, pero nada más. Era una presión que no lograba entender". El ciclista de Mos vuelve a destacar al Tour de Francia como "la mejor carrera del mundo, sin duda. Por organización, ideas y marketing. No hay nadie que pueda detenerla".

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