Después de renovar a su cuerpo técnico, formado por Suso Penedo y Yolanda Sienes, el Club Vigo Voleibol ha inciado ya el ciclo de renovaciones para perfilar la plantilla que jugará la próxima campaña en la Superliga 2. El objetivo de la temporada pasada era mantener la categoría sin pasar apuros. Ahora toca dar un paso más hacia delante y el reto será estar de la mitad de la tabla hacia arriba.

El problema es que varios de los conjuntos españoles de la categoría han empezado a hacer ofertas muy tentadoras a varios de los jugadores olívicos.

En septiembre del año pasado la plantilla estaba formada por doce jugadores, todos de Vigo y, salvo Carlos Galego, salidos de la cantera viguesa. Pero a lo largo de la temporada tuvieron tres bajas importantes: Pablo Alonso, que recibió una oferta de otro conjunto gallego; Cholo Pérez, que dejó el equipo por motivos laborales; y Manuel Marcote, por estudios.

Así que esta semana ha sido intensa para la directiva viguesa, que trata por todos los medios que el grueso de la plantilla siga disputando la competición la temporada que viene. A falta aún de la decisión final de algún jugador, que por motivos de estudios podría ausentarse de Vigo, el grueso de la plantilla asegura su continuidad, aunque el club tendrá que hacer un esfuerzo para cubrir las bajas.

Los jugadores que seguirán en Vigo la próxima temporada son los centrales Luis Linares y Daniel Ortega, el opuesto Carlos Galego, el colocador Óscar Sánchez, los receptores Nathan Matos, Pablo Penedo, Rubén Táboas y Adrián Pérez, y los líberos Iván Sienes y Saúl Cerviño.

Todavía falta por confirmar que puedan salir de Vigo (por razón de estudios) Saúl Cerviño y Rubén Táboas, que por cuestiones de su preparación pueden hacer imposible que sigan jugando y estudiando en Vigo aunque desde el club confían en su continuidad.

Plazas vacantes

De este modo, quedan dos o tres plazas vacantes y empieza ahora tanto para los técnicos vigueses como para los propios directivos una dura labor en busca de nuevos fichajes. También deberán ceñirse a los medios, escasos, con los que pueda contar el club de cara a poder cerrar una plantilla lo suficientemente competitiva como para conseguir los objetivos fijados para este curso.