Si pasamos por alto a Mahrez, Kanté, Vardy, Drinkwater, Okazaki, Kasper Schmeichel y al resto de jugadores del Leicester City que están convirtiendo esta Premier League en un cuento de hadas, se podría decir que la gran revelación del fútbol inglés este año es Dele Alli. El pasado 11 de abril cumplió 20 años. Su nombre completo es Bamidele Jermaine Alli y la temporada pasada jugaba todavía en la League One, la tercera categoría del fútbol inglés. Para el Milton Keynes Dons, el equipo de su ciudad, anotó 16 goles en 44 partidos. Hoy, apenas unos meses después, Dele Alli será titular de la Selección inglesa en la próxima Eurocopa y forma junto con Harry Kane una de las duplas centrocampista-delantero más letales de todo el viejo continente.
Suma 10 goles y 9 asistencias y ha pasado a ser el presente del fútbol inglés y el jugador que tendrá que convertirse en el referente en la medular del combinado nacional, cogiendo el testigo de mitos de la talla de Gerrard o Lampard.
De orígenes familiares nigerianos, Dele Alli debutó en octubre con la selección absoluta. Lo que se dice llegar a la Premier y besar el santo. Desde entonces no ha faltado en las listas de Roy Hodgson y acumula 6 internacionalidades y un gol. Su versatilidad, manejando todos los registros que se exigen en la zona ancha del campo, llamó ya la atención de grandes clubes. La prensa madrileña lo sitúa en la órbita de un Real Madrid que se especializó en los últimos años en amargar la existencia al Tottenham.
Alli puede jugar como mediapunta, con una gran visión de juego, filtra pases a Harry Kane e incluso suple sus funciones con brillantes desmarques cuando así lo requiere el partido. Como interior izquierdo rinde en labores de contención y como mediocentro aúna una lectura inteligente de los partidos con mucho recorrido y potencia, que lo convierten por momentos en el clásico "box to box" británico, con llegada a la frontal del área y un buen disparo de media distancia.
Dele Alli derribó la puerta en cuanto llegó a la Premier. Cuajando una brillantísima temporada desde el comienzo y convirtiéndose en la principal razón, junto a la efectividad de Kane, de que el Tottenham sea el único club que pueda mantener el rimo del Leicester de Claudio Ranieri. La mano de Mauricio Pochettino desde el banquillo le dio a todo el conjunto de White Hart Lane un estilo coral con muchos pases cortos, apuesta por la posesión y mucha agresividad tanto en defensa como en ataque.
De todas formas, no fue hasta enero cuando la imagen del joven centrocampista saltó a las televisiones de todo el mundo. Fue en un encuentro ante el Crystal Palace en el sur de Londres. Kane hizo un cambio de orientación en ataque, Eriksen la bajó de cabeza y se la puso en la frontal a Alli, que controló con la rodilla, se la levantó haciéndose un sombrero a sí mismo y, a la media vuelta, fusiló al meta local con un derechazo ajustado al palo. Uno de los goles de la temporada, sin duda.
Y es que Alli, aunque muchas veces ejerce de futbolista pragmático, también sabe dejar detalles de cara a la galería. Varios caños y bicicletas con mucho sentido salpican su catálogo de habilidades de esta temporada.
Tanto en el tramo final de temporada con el Tottenham como en sus convocatorias con Inglaterra, Alli está demostrando un carácter y una personalidad muy fuertes. Pidiendo la pelota constantemente en los momentos más comprometidos, tirando del carro cuando el equipo lo necesita y asumiendo unos galones impropios para alguien que acaba de cumplir los 20 años y ronda solo los 2.400 minutos disputados en la máxima categoría del fútbol inglés. Lo mejor es que con esa edad todavía tiene margen para la mejora. Su techo solo se lo marcará él. Su Selección necesita de su talento, pues los jugadores que marcan la diferencia son escasos en los últimos años en el país que inventó el fútbol.
