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El corazón céltico de las Malvinas

La tripulación del "Playa de Tambo", uno de los pocos pesqueros gallegos con internet, seguirá el partido a través de la radio

"Seguimos la información del Celta por morriña. Todo lo que pertenece a casa se siente de forma diferente. Uno no puede entenderlo salvo que lo viva. No es jugar mejor o peor, es que te entra algo al oirlo...", explica a través del teléfono José Rodríguez Gómez, capitán del "Playa de Tambo", buque pesquero con base en Marín. En el Atlántico Sur puedes sentirte tan aislado como en el espacio exterior. El derbi romperá la monotonía. Rodríguez y su marinería lo seguirán por la radio gracias a internet. Cada voz del partido los aproximará al hogar. Entre ola y ola esperan cantar los goles.

El "Playa de Tambo" partió hace cuatro meses y aún le faltan dos de marea en aguas próximas a las Malvinas. Se dedica a la merluza y la pota. José Rodríguez tiene a treinta personas enroladas. "Somos una pequeña ONU", anticipa, antes de detallar las nacionalidades de los tripulantes: cuatro de Ghana, otros tantos de Marruecos, ocho de Indonesia, un peruano... El resto, gallegos, con sus matices: dos de la zona de A Coruña, "muy del Deportivo", y el resto de O Morrazo como el propio capitán, marinense aunque reside en Vigo. "Y todos del Celta. Somos abrumadora mayoría", concreta. A la cuenta se añaden los cuatro ghaneses, que son "bastante del Celta", y a la vez del Barcelona. "Es curioso, pero en doce años en la mar he descubierto que los africanos son casi siempre del Barça y los asiáticos, del Real Madrid, con sus camisetas y todo", sostiene el capitán, que en tal disyuntiva se decanta hacia lo merengue. En las conversaciones se frecuenta el debate futbolístico: "Dentro del compañerismo somos muy de fastidiarnos unos a otros, de picarnos bastante y apostar".

La pesca marca la rutina en el "Playa de Tambo". A bordo duermen, comen, leen, escuchan noticias y charlan, además de las tareas propias. Llaman a casa cuando pueden, calculando la diferencia horaria (cuatro horas menos allí donde están). Si hay faena, en cambio, el ritmo se vuelve febril, sin tiempo de reposar. La campaña está resultando de momento "regular, ni muy bien ni muy mal". En el hemisferio sur acaba de comenzar el otoño. El miércoles estaba el agua calmada con niebla y calor.

Cuarenta días en casa

El oficio les exige una dedicación religiosa. La vida civil es apenas un instante de tierra entre océanos. José Rodríguez fue abonado del Celta hasta hace escasos meses. No renovó porque en las tres últimas temporadas solo había podido ir a media docena de encuentros en Balaídos. El "Playa de Tambo" es un barco especial. Pasa la primera marea del año en las Malvinas. Mientras otros descansan después en Montevideo, el barco marinense regresa a España a mediados de mayo y tras cuarenta días de asueto cambia el aparejo y se dirige a NAFO, en las proximidades de Canadá, para la segunda marea.

El "Playa de Tambo" también se distingue de la mayoría por las comunicaciones. En Malvinas coinciden unos quince barcos gallegos como el suyo y la veintena de la flota del calamar, de Vigo, Cangas o Marín. Pero solo dos o tres tienen internet. Un español que reside en Malvinas -las Falkland inglesas- y que les hace de enlace envía un correo cada día a las embarcaciones con las noticias más importantes. Aunque se consiguió evitar el cierre de la onda corta de Radio Exterior, con el que amenazó la dirección de RTVE, "no transmite siempre y a veces lo hace a horas raras o se oye mal". Así que internet se ha convertido para sus escasos poseedores en el único cordón umbilical fiable con el exterior.

La velocidad de bajada, sin embargo, no alcanza para poder ver en directo un partido de fútbol. José Rodríguez lo certifica: "En el momento es imposible". Los del Celta se siguen a través de Radio Vigo, que está sintonizada todo el día. La voz de Jacobo Buceta es un rumor constante en el "Playa de Tambo". Para el derbi, y si la merluza da tregua, la tripulación lo oirá dividida entre el puente de mando y la cocina, aquí en lo que se sepa por Radio Exterior. José Rodríguez le transmitirá los goles a los demás pesqueros de la zona a través de VHF, como de carambola.

José Rodríguez y los otros saben que el Celta llega como favorito al duelo de mañana. A su modo están disfrutando de la temporada. No han podido presenciar un partido desde que soltaron amarras, pero sí devoran los resúmenes, las crónicas de los periódicos y las opiniones de las redes sociales. Al capitán le ilusiona especialmente el buen momento de Hugo Mallo, paisano de Marín. "A Hugo lo conozco aunque somos de generaciones diferentes, yo casi de la edad de sus padres. Me encantó el gol que le metió al Valencia. Lo estaba oyendo y le escribí un tuit a Radio Vigo. El chico lleva tiempo. Me gusta cómo trabaja, su tesón y fuerza". Su primer oficial es de Moaña y en alguna ocasión ha charlado con Iago Aspas. "Son gente de la calle, normal y corriente", celebra de los canteranos célticos.

El "Playa de Tambo" arribará al muelle de Marín "cuando la Liga ya esté casi acabada". Sus celtistas esperan festejar la clasificación para la Liga Europa a la par que el reencuentro con sus seres queridos. El Celta, en la distancia, es más que nunca el Celtiña, algo íntimo y propio: "Es de lo que más hablamos, además de las cosas de casa y la familia".

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