Se presentó ante el celtismo como si llevase media vida jugando en Vigo. El primer balón que tocó Marcelo, Chelo, Díaz, fue para darle un pase a Wass, que se colaba por la banda derecha. El danés centró y Beauvue cazó la pelota en el área pequeña para superar a Sergio Rico. Con esa jugada tan simple y sencilla fue cómo el equipo de Berizzo acabó con ciento cincuenta infructuosos minutos para superar al portero de Sevilla, en el duelo a tres asaltos que el jueves pasado se inició en el Sánchez Pizjuán y que tendrá continuidad el jueves que viene en Balaídos. Tres minutos necesitó el Chelo Díaz para generar la acción con la que los célticos empataban un partido que el rival había logrado encallar después de adelantarse en el marcador a pesar de jugar en inferioridad numérica. El Xavi Hernández chileno, como califican algunos compatriotas al nuevo mediocentro del Celta, interpretó a la perfección lo que Berizzo había repetido con insistencia en los últimos días para poder superar al rocoso conjunto de Unai Emery. Y abrir el juego a las bandas fue lo primero que hizo el Chelo Díaz nada más recibir el primer balón en el día de su estreno en Balaídos.
Pero el centrocampista chileno de 29 años nada tiene que ver con el excapitán del Barça. El Chelo es un 5 clásico del fútbol suramericano, que se mueve por delante de los centrales con una jerarquía absoluta, incluso siendo un recién llegado al vestuario. Por físico y gesticulaciones en el campo, tiene más similitudes con Mascherano, aunque el argentino es de un perfil más defensivo que el céltico, al que le gusta sumarse al ataque y disparar desde el balcón del área, como demostró ayer en un lanzamiento desde 30 metros que llevaba una buena dirección hacia la portería del Sevilla, pero en medio apareció la cabeza de Carriço para desviar la trayectoria del balón y mandarlo hacia la línea de fondo.
Era el segundo intento del Chelo Díaz de sorprender a Rico. En el primero, mandó el balón a las nubes. Con el segundo, el sustituto de Augusto Fernández demostró poseer un buen disparo, aparte de su capacidad futbolística para manejar el centro del campo, con toque en corto y buen desplazamiento en largo. Con él, el Celta gana variedad y riqueza en el juego. Aunque como se encargó de subrayar su técnico, el partido de ayer se había puesto muy favorable para que Marcelo Díaz pudiera lucirse en la primera media hora que disputa en Balaídos, después de superar una lesión muscular. Era su estreno en la Liga. En Copa jugó apenas diez minutos en Sevilla. Le falta ritmo.
El chileno dejó las navidades pasadas Hamburgo, donde le siguen adorando, para convertirse en el director de orquesta del Celta, en ese jugador que desde el centro del campo tendrá que poner orden en un equipo con muchas virtudes pero también con muchos errores de juventud. El Chelo Díaz será la prolongación de Berizzo sobre el terreno de juego. Con él, el técnico quizás pueda tomarse con más tranquilidad los partidos, en los que no para de dirigir y de corregir posiciones a sus futbolistas. Ahora tendrá a Chelo para ordenar a sus compañeros, para marcar el ritmo que necesita el partido, para decidir si se juega en corto o en largo, o dónde deben apretar en la presión para ahogar al adversario.
Su compañero el Tucu Hernández vio "bien" al centrocampista chileno en su estreno en Balaídos y en la Liga. "Necesitábamos manejo de balón y en eso el Chelo lo hace muy bien", comentó el tucumano.
En la selección chilena, el 5 del Celta era el jugador de referencia en el campo para su técnico, Sampaoli, con quien se transformó en un jugador imprescindible en la actual campeona de la Copa América y en la Universidad de Chile, con la que ganó títulos. En Alemania, tras su paso por Suiza, salvó al Hamburgo del descenso a Segunda. Allí le adoran. Después de fichar por el Celta, tuvo que regresar un fin de semana a la ciudad alemana porque le rendían un homenaje de despedida. En su primer partido en Vigo, ya manda en el Celta.
