Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Ni un segundo de conformismo

La ambición compensa la falta de inspiración en un Celta lastrado por sus errores en defensa

Wass disputa un balón con un jugador de la Real en presencia de Rulli. // LOF

Vengan equipos como este Celta que va por la vida con el presupuesto de un modesto, pero la ambición de un gigante. No se concede ni un instante de conformismo, ese mal que tranforma muchas tardes de fútbol en una tortura insufrible. En un día repleto de sensaciones contradictorias, con algunos de sus mejores futbolistas ausentes y una defensa de juguete, el Celta renunció a traicionar su filosofía e insistió en buscar una victoria que acabó por encontrar gracias a un gol espléndido de Pablo Hernández. Tras un partido medio regular como el jugado ayer en Anoeta, tras igualar dos veces los goles de Agirretxe, la mayoría de equipos que pululan por la Liga habrían considerado un tesoro el punto que el Celta parecía tener amarrado en el segundo tiempo. Llevado al mundo del ajedrez, habrían ofrecido tablas sin pensárselo y David Moyes las hubiera aceptado a toda velocidad, angustiado como anda el escocés. Pero el Celta vive feliz con esa idea que ha convertido sus partidos en un jolgorio. Ataca y ataca hasta desfallecer. Ayer el partido cayó por pura insistencia, por creer, porque este es un equipo generoso que tiene claro que el día que se dedique a cuidar su portería estará condenado. Porque incluso en los días regulares, es más fácil ganar si decides que la guerra se resuelva en el terreno de juego del rival. Si dispones el campo de batalla en las cercanías de tu área, prepárate para la tragedia.

la defensa

El Celta vivió lastrado por el nefasto partido de Andreu Fontás que acusó en exceso el mes de inactividad que llevaba. Por sus características físicas es lógico que acuse más que nadie el tiempo de baja. Coincidió aún encima frente a un delantero como Agirretxe, que parece tener un don especial contra el Celta y que llegaba en un momento espléndido de forma. Se juntaron el hambre y las ganas de comer. En sus dos primeros mano a mano el delantero vasco se tragó a Fontás. Eso generó una sensación de inseguridad que se transmitió por todo el campo y de la que le costó salir a los de Berizzo, mucho más firmes en su área en el segundo tiempo. Ahora bien, la ausencia de Cabral se va a hacer dura.

Iago aspas

Ha vivido uno de esos partidos que suponen un considerable salto de su estatus dentro del equipo. Con Orellana y Nolito intrascendentes durante buena parte del partido, Aspas fue el único argumento al que pudo agarrarse el Celta durante la primera hora de juego. No es poca cosa. Esta temporada el moañés ha acompañado a sus compañeros de línea. Ayer fue él quien se encargó de arrastrar a todo el equipo, de enchufar en el partido al Celta. Anotó su primer gol en una acción de oportunismo y el segundo en un magnífico cabezazo. Pero además puso trabajo, madurez, tranquilidad cuando hizo falta y gol. Ante una defensa con Miker e Iñigo Martínez era lógico pensar que Aspas podría convertirse en un tormento para los centrales vascos.

Radoja

Otra de las novedades que presentaba el Celta. Cumplió con creces en un partido en el que se vio demasiado tiempo desemparado. Cuando Wass -el más fiable en la circulación de la pelota- se arrimó a él los vigueses siempre consiguieron sacar la pelota con serenidad y romper la línea de presión que Moyes tenía montada en el medio del campo. En el primer tiempo les costó entender esa situación; cuando lo hicieron tras el descanso el partido fue casi un monólogo del Celta.

Nolito-orellana

Desde el principio emitieron señales inquietantes. Se vio en los primeros remates, en los regates que se quedaron en el aire...pero el Celta insistió con ellos porque sabe que tarde o temprano son capaces de resolver un partido en un pestañeo. En un día más inspirado de ambos es probable que este partido el Celta hubiese sido capaz de remontarlo antes. Fueron muchas las situaciones en el segundo tiempo en que el balón llegó a su zona con ventaja. Pero murieron ahí. Pero insisten, no desfallecen y al final en esa pelea, acabaron por alborotar a la Real Sociedad que en los últimos minutos ya no sabía cómo frenar las llegadas de los vigueses que avisaron varias veces antes de que Pablo Hernández regalase un gol extraordinario.

hernández

Encontró en el último suspiro del partido su instante de gloria. Un leñazo desde lejos que le dan al Celta dos puntos más y a él un poco menos de foco en ese debate eterno que suele protagonizar. Poco a poco avanza hacia la normalidad,en que no todas las acciones que protagoniza sean objeto de discusión entre quieres le consideran un "extraño" en la alineación y los que le señalan como un mártir. Ni una cosa ni otra. Es un futbolista que al Celta le da bastantes cosas. No le pidan la velocidad de Nolito, ni el talento de Orellana, ni la astucia de Aspas, ni la hiperactividad de Augusto, pero es un jugador aprovechable. Al margen del pepinazo.

Compartir el artículo

stats