El Celta se propone brindar un postrero triunfo a su afición derrotando esta tarde al Real Madrid (Balaídos, 19.00 horas, Canal + Liga, Gol TV) en el que será el último partido de Luis Enrique Martínez al frente del banquillo celeste en el estadio vigués. Un duelo por todo lo alto, con fiesta de cierre de campaña y lleno en las gradas engalanadas, y aroma a despedida, pues además del adiós del técnico asturiano, que el próximo curso dirigirá al Barcelona, también puede ser la última comparecencia en casa de Mario Bermejo y Sergio Álvarez con la zamarra celeste.

A pesar de la expectación que, como siempre, despierta cualquier visita del conjunto blanco, el choque ha perdido morbo después del empate del Madrid en el Nuevo Zorrilla, que priva al Celta de la posibilidad de ser juez de la Liga y a Luis Enrique de inclinar el campeonato hacia el que va a ser su próximo equipo. A ello se añade la baja varias de las estrellas del conjunto blanco, que llegaban renqueantes al choque y a las que Carlo Ancelotti ha decidido reservar para la final de la Liga de Campeones.

La baja más significativa es la de Cristiano Ronaldo, gran estrella del conjunto blanco y autor de 31 de los 100 goles que suma el Madrid en la competición doméstica. El portugués arrastra problemas musculares y se queda en Madrid como medida preventiva. "Cristiano no juega mañana porque no está al cien por cien, prefiero no correr riesgos", explicó ayer, en conferencia de prensa, el técnico blanco, que certificó también las bajas ante el Celta de los defensas centrales Pepe y Raphael Varane, el lateral Dani Carvajal, así como del centrocampista argentino Ángel Di María.

El Real Madrid encara, por tanto, el choque con la ausencia de cuatro titulares (Cristiano, Di María, Pepe y Carvajal) pero consciente de que las remotas opciones que le restan para luchar por el título pasan por ganar esta tarde en Balaídos y ha decidido apurarlas. Ancelotti fue ayer concluyente en esto. El Madrid no dará tregua.

Para el conjunto de Luis Enrique, mientras, la estelar visita de de uno de los finalistas de la próxima Liga de Campeones supone, ante todo, una gran posibilidad de lucimiento. Los celestes llegan al final de temporada con los deberes hechos y quieren poner un broche de oro a una temporada brillante, con mejores prestaciones a domicilio que en su propio estadio. El Madrid está en el punto de mira del Celta en una semana en la que se ha hablado mucho más de la marcha de Luis Enrique, cazado en su día libre negociando su próximo incorporación al Barça, y de la búsqueda de su sucesor (seguramente Eduardo Berizzo) que del partido ante los blancos. El plantel, de hecho, ha tenido que hacer un esfuerzo para aislarse de la creciente presión mediática y centrarse únicamente en la preparación de un compromiso que el conjunto vigués afrontará, sobre el papel, con su equipo de gala.

La excepción será Sergio Álvarez, confirmado ayer por Luis Enrique como portero titular. En defensa lo más probable es que el técnico asturiano opte por Cabral y Fontás como pareja de centrales y repita en los costados con Jony y Aurtenetxe debido a la lesión de Hugo Mallo. Por delante de la zaga, la duda es si Luis Enrique apostará por un pivote de corte ofensivo, pero de mayor riesgo, como Krohn-Dehli o repetirá con Oubiña. Augusto y Rafinha, que regresaría al once tras descansar frente a Osasuna, formarían en las posiciones interiores del medio campo. El brasileño, cuyo regreso al Barcelona se da por seguro, tiene una gran oportunidad de lucimiento que no parece que el técnico vaya a desaprovechar.

Por lo que respecta al frente de ataque, la novedad en el once será Charles Dias, baja a última hora la pasada semana por motivos personales. El brasileño será el referente en punta de un trío que completarán los dos atacantes más en forma del equipo en las últimas semanas, el chileno Fabián Orellana, que apura sus opciones de ir con Chile al Mundial, y Nolito, máximo artillero del Celta, que llega al fin de temporada en estado de gracia.