El económico es un factor que preocupa a la hora del deporte de élite y David Cal no es una excepción. De hecho, una de las cuestiones que se plantearon para ir o no a Río era el poder contar con respaldo monetario.

- ¿Se ha solucionado ya la cuestión económica?

- Creo que no va a haber problema. Se habla de que la Federación recortará un 30 por ciento su presupuesto, aunque aún no es oficial. Yo soy de los menos afectados, pero los junior y sub 23 lo sufrirán. Y es un error porque si quieres preparar Madrid 2020 esa gente es la que puede llegar. Es un contrasentido.

- A nivel de patrocinios, ¿se nota el ser el mejor deportista olímpico español de la historia?

- No me puedo quejar. Noribérica está con nosotros desde principio de ciclo, he firmado con aguas de Mondariz y con el Hospital de Fátima. Es más complicado ahora que hace años, pero vamos sobreviviendo.

- Forma casi una pareja de hecho deportiva con Suso Morlán desde hace 15 años. ¿Cómo se puede sobrevivir a tanto tiempo de convivencia?

- Nos llevamos muy bien, pero tratamos de distanciarnos todo lo posible. En las concentraciones estamos juntos todo el día, pero fuera del piragüismo cada uno va por su cuenta. No tenemos la misma edad ni los mismos gustos. De hecho, Suso no conoce mi casa. Lo único que nos une es el piragüismo y las ganas de conseguir cosas.

- Suso Morlán siempre lo califica como un deportista muy disciplinado. ¿Cómo es trabajar con él?

- Es muy duro, pero todo lo que me dice es para mejorar, es a favor de nuestros intereses. Es metódico y exigente, pero esa exigencia también la tiene con él mismo, lo que convierte las cosas en mucho más fáciles. Tenía conmigo una broma con el alemán (Sebastian Brendel, campeón olímpico). Si hacía siete series me comentaba "seguro que el alemán ha hecho 8". Así siempre. Y al final, el azar quiso que me ganase él.

- ¿Se ha planteado qué hará fuera del piragüismo?

- Todavía no lo tengo muy pensado, pero será algo relacionado con el deporte, como entrenar a jóvenes.