El Vigo Rugby, todavía Universidade de Vigo y ahora Blusens en vez de Iveco, encara ya el debut liguero del próximo domingo. Será en As Lagoas, ante el recién ascendido Hernani. La escuadra olívica ejerce por primera vez en su historia de veterana en un partido de elite, aunque mucho ha cambiado en el verano. El segundo ejercicio en División de Honor nace marcado por la dificultad. La plantilla tendrán que aprender a sobrevivir sin jugadores que han marcado su etapa más brillante.

Blusens llega como patrocinador con vocación de continuidad. Desahoga al club. Se habla a medio plazo de optar a Europa. Es el corto plazo lo que angustia. El mecenazgo se concretó hace escasas fechas. El mercado, que reparte sus mejores productos entre mayo y junio, estaba seco. La plantilla se construyó acorde con la economía de guerra. Se han ido Josh Hamilton, Riki Tukaki, Roy Griffin, Jon Arrizabalaga, Daniel Hall... A Carlos Blanco, que estará concentrado con la selección española de "seven", solo lo disfrutará el equipo de cuatro a seis partidos. Piezas claves en cada línea. Los que embestían, manejaban y corrían (otras bajas, como la de Mavreas, pesan menos). También se adelgaza el corazón. Iñaki Romanes se retira. Con él, Alberto Mera, que se traslada al cuerpo técnico.

El infortunio se ha cebado con algunos fichajes que habían de cubrir ese vacío en la espina dorsal del juego. Monty estará de baja un mes tras haberse roto el tabique nasal en un intrascendente amistoso con el CRAV portugués. En el minuto 1 de ese partido se rompió la rodilla Brett Rule, el apertura que debía dirigir la ofensiva del XV del Olivo y cosechar puntos como pateador.

El cuerpo técnico, dirigido por David Monreal, ha tenido que maniobrar con velocidad. De Nueva Zelanda llega el segunda línea McLaren, uno de esos fichajes que renuncian a sueldos más jugosos en Italia o Francia por amistad con Monreal y su compañero Maxwell. Junto a él aterriza Robb, británico que en teoría reemplaza a Rule. Un vídeo es su única referencia laboral. Será examinado con lupa.

El Blusens arrancará a media cocción. Monreal aguarda a que en octubre acabe la ITM Cup, competición local neozelandesa. Le ha echado el ojo a dos ´tres cuartos´, por si son necesarios. Tiene apalabrado a un All Black veterano, pero todavía a buen nivel.

La División de Honor se amplía a doce equipos. Desciende el último. El penúltimo promociona (en duelo contra el segundo de la Honor B). "Nuestro reto es mejorar y consolidarnos en la categoría. A veces el segundo año es más complicado. En otros equipos ha sucedido que descendía la ilusión", advierte Monreal. Esos refuerzos que faltan serán necesarios para optar a la permanencia. Pero es, con todo, una tarea que le corresponde principalmente a la gente de la casa. "Se le abre más sitio a los jugadores gallegos". El técnico confiesa sus reparos porque "en las categorías inferiores están verdes. Pero tienen entusiasmo. Quieren ganarse el puesto".

El XV del Olivo, a expensas de lo que se fiche, parece inclinar su sesgo hacia la delantera. Pero Monreal no dimite del estilo: "Seguiremos apostando por un juego dinámico y alegre, que divierta a la gente. Es lo que debe provocar el rugby".

Maxwell podría abandonar el club a fin de mes

Todo proceso de crecimiento es a su vez de renuncia. Norm Maxwell podría abandonar el Vigo Rugby a fin de mes. Será pronto, en todo caso. Quiere emprender nuevas aventuras vitales en su país, sin relación con el oval. Dejará a su espalda tierra fértil, que ha contribuido a arar.

Fue el fichaje de Maxwell, hace dos temporadas, el que situó a los esforzados pioneros del Vigo en el escaparate televisivo y deportivo. Un All Black de prestigio fichaba por un club de la periferia rugbística. Jamás ha llegado a vestir la camiseta azul en un encuentro oficial. Su cuerpo, maltrecho de tantas lesiones, se lo ha impedido. Ha impartido su magisterio como compañero de David Monreal en el tándem técnico. Monreal ejerce de estratega; Maxwell, de taumaturgo espiritual.

Monreal acepta con naturalidad la separación de su íntimo amigo. "Estará para cualquier cosa que necesitemos", revela. El neozelandés seguirá siendo el elemento de enganche del club olívico en su tierra, principal proveedora de refuerzos extranjeros para la entidad. "Es la vida", acepta Monreal. "Las personas vienen y van. Hay que disfrutar del tiempo que puedas compartir con ellas".

El entrenador catalán, de origen gallego, tiene igualmente fecha de caducidad en Vigo, aunque no la concrete: "Tampoco yo estaré siempre", indica. Ni él ni Maxwell se lo han tomado como un trabajo temporal, de paso. Dejan huella. Arreglan su herencia. Alberto Mera ha pasado de la cancha a unirse a ellos en el cuerpo técnico. Es el sucesor al que preparan.