El Coruxo se enfrentaba ayer a uno de sus rivales directos en la lucha por certificar la permanencia. Ganar era vital para los de Josiño Albalde; sin embargo, al final no pudo ser y fue el Vecindario el equipo que se hizo con los tres puntos. El resultado de ayer deja a los dos co njuntos igualados a 39 puntos en la tabla clasificatoria, aunque la buena noticia para los vigueses es que, al menos, pudieron salvar el golaverage particular (ya que en la ida ganó por 3-1), dato vital de cara a un posible final de liga apretado y comprometido. Sin embargo, preocupa la mala racha del conjunto vigués, que acumula ya seis jornadas consecutivas sin conocer la victoria, habiendo sumado en esas jornadas tan solo dos puntos de 18 posibles. Habrá que ver si el equipo es capaz de reaccionar en las próximas jornadas.

En lo que se refiere al encuentro de ayer en el Municipal de Vecindario, el choque resultó de mucha entrega, pero sobre todo se hizo patente la enorme tensión y las necesidades de ambos equipos, que arriesgaron lo justo.

Ya desde el inicio del encuentro se vieron claras las intenciones del Coruxo, que no estaba dispuesto a asumir riesgo alguno. Así las cosas, desde un principio el Vecindario se hizo con el control del balón ante un adversario que saltó al campo con una línea defensiva de cinco hombres y que se preocupó más de defender que de atacar. El Coruxo esperaba su ocasión para salir al contragolpe, pero lo cierto es que esta no llegó y los vigueses tan solo contaron con una ocasión de gol durante toda la primera mitad, fue en un disparo de Iosu al que respondió Lampón con una gran estirada.

Eso sí, en defensa estuvo bien el Coruxo, abortando los intentos del Vecindario por acercarse a la portería defendida por Alberto. Presionaban los locales, que sabían que necesitaban ganar por, al menos, dos goles de diferencia, y pese al buen trabajo de la zaga visitante dispusieron de tres claras ocasiones de gol. La primera acción de peligro de los locales no tardó en llegar y en el minuto 9 a punto estuvo de llegar el 1-0 en un disparo de Poncho que, con toda la portería para él, lanzó alto. Posteriormente fue Futre el que, tras ganar la espalda a la defensa visitante tras un pase al hueco de Yeray López, tira flojo a las manos de Alberto. En el minuto 21 volvería a ser Futre el que llevase el peligro hasta el área gallega, pero su remate de cabeza salió fuera ajustado al palo izquierdo de la portería de Alberto.

Poco a poco el empuje de los locales fue disminuyendo y el Coruxo fue sintiéndose más cómodo en defensa, por lo que de ahí al descanso no hubo ya más acciones de peligro por parte de ninguno de los dos equipos.

Al Coruxo le venía bien el empate sin goles y no cambió su táctica de cara a la segunda mitad. Sin embargo, al Vecindario se le acababa el tiempo y en la reanudación el técnico local, Almeida, decidió arriesgar más dando entrada a Ruyman con lo que los locales jugaban con cuatro delanteros. Eso, y la posterior entrada de Maikel le dieron más rapidez y mayor mordiente al centro del campo del conjunto canario. La delantera local desbordaba ahora con relativa comodidad por las bandas, con Simón y Gorka, y las llegadas con peligro hasta el área viguesa fueron una constante en esta segunda mitad. Sin embargo, unas veces la falta de puntería de los delanteros canarios y otras el buen hacer de la zaga visitante, impedían el gol. Pero tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe, y en el minuto 68 el Vecindario conseguía el ansiado gol en un córner botado por Yeray López que peinaba hacía atrás Badayco, enviando el balón a la red.

De ahí al final del encuentro continuó presionando el cuadro local, que sabía que necesitaba un gol más para poner el golaverage particular de su parte. Pero faltó acierto en el Vecindario, que no consiguió el gol de la sentencia.

Mientras, el Coruxo lo tenía claro: salir a por el empate y arriesgar podía costarle muy caro y optó por defender ese gol average y seguir cerrado atrás achicando balones.