Óscar Pereiro tiene poco que ver con el que hace un año se marchó al Tour de Francia. Alejado de la presión vivida en 2007, el de Mos se toma con más calma una prueba y tiene claro que su papel es el de ayudar a que Valverde suba al podio e incluso gane el Tour.

-¿Qué Pereiro cabe esperar en esta edición?

-Pues alguien que trabajará para su equipo, un gregario que también buscará sus oportunidades durante la carrera. No cierro la puerta a nada, pero soy consciente de mi papel.

-Sin embargo, aún hay gente que le pregunta si se siente entre los favoritos.

-Sí, pero eso es una deferencia hacia alguien que ya ha ganado el Tour, pero hay que ser realistas. Tengo que hacer mi trabajo y punto.

-Y mucho menos en una edición como ésta.

-Es un Tour muy duro y el que menos kilómetros contra el reloj tiene de las últimas ediciones. Le vendría genial a un corredor como Contador que es explosivo en la alta montaña. Es una edición en la que habrá que subir mucho y muy bien para ganar.

-Es decir, que usted va a ganar una etapa.

-Voy a intentar que Valverde gane el Tour y después trataré de conseguir una etapa porque lo echo de menos.

-Si logra entrar en los diez primeros de la general será la quinta vez consecutiva que lo haga. No hay nadie en el pelotón actual que lo haya hecho.

-Sí, pero si tengo que elegir entre ser noveno y no ganar una etapa y ser undécimo con una etapa, pues me quedo con lo segundo.

-¿Ya tiene día marcado en el calendario?

-No. Me ha gustado siempre improvisar aunque por mis condiciones siempre se me dan mejor las etapas del macizo central porque son etapas complicadas en la que es difícil mantener el control en el pelotón.

-La gente echa de menos al Pereiro de hace un par de temporadas.

-Yo también lo echo de menos, pero hay que adaptarse a lo que toca en cada momento. Han pasado muchas cosas en este tiempo, algunas de ellas inolvidables, y hay que saber disfrutar de cada instante.

-¿Le ayudará el hecho de que el momento de forma de Valverde le convierta en un ciclista excesivamente vigilado?

-Sí me puede ayudar en parte pero tampoco creo que vaya a disponer de un exceso de libertad. Eso sí, cuando he tenido un jefe de filas al lado en el equipo, como sucedió con Landis en el Phonak, siempre he rendido a un gran nivel.

-¿Le gusta que el Tour de este año arranque sin prólogo, con una crono larga el cuarto día y una primera llegada en alto el sexto?

-Es atípico. Me da pena que no haya prólogo porque me gustan esas etapas. La crono y la llegada en alto en la primera semana va a condicionar mucho la carrera desde la salida. Habrá muchos nervios, un exceso de tensión en la carrera y puede que alguno de los favoritos sufre mucho más de lo que se imagina. Es evidente que el Tour llegará a la alta montaña y ya habrá gente con la necesidad de recuperar tiempo y otros que saldrán a defenderse.

-¿Valverde puede ganar?

-Sin duda. Ha madurado mucho. Le vino bien la edición del año pasado en la que terminó al fin y supo sufrir un par de días complicados. Este año hay que ver cómo reacciona ante la presión de estar señalado por todo el mundo como un favorito. Eso también juega e intentaremos ayudarle a superarlo. Pero tiene el Tour en las piernas.

-¿Sus favoritos son otros?

-Evans, sobre todo, y Menchov que llega en un momento de madurez casi perfecto para la carrera y tiene condiciones para hacerlo.

-Dice Prudhomme que espera un Tour en calma.

-A ver si es verdad. Por ahora no parece que exista el ambiente de hace un año en el que todo el mundo estaba obsesionado con el dopaje. Era imposible disfrutar del ciclismo en esas condiciones. Ojalá las cosas vuelvan a la normalidad. Lo necesita el ciclismo.