El hallazgo de un claustro gótico en pleno centro de la ciudad de Santiago de Compostela ha sorprendido a los expertos por haber estado más de cuatro siglos oculto pero, también, por no comprender por qué se construyó un claustro asociado a la iglesia de Santa María de Salomé, una iglesia parroquial, "cuando lo habitual es que este tipo de construcciones se realizaran para una comunidad, como un monasterio o convento", explica el arqueólogo José Suárez Otero, que fue quien a mediados mayo se topó con tan sorprendente hallazgo junto a la iglesia de la Rúa Nova durante lo que iba a ser un rutinario control arqueológico por las obras de una vivienda.

"Sabíamos hace tiempo de la presencia de unos arcos, que estaban a la vista, pero desde luego no teníamos ni idea de la cantidad que realmente se conservan; ha sido muy sorprendente también para nosotros", explica el arqueólogo.

En total, tienen ya constancia de nueve arcos y restos de otros dos. "También se conserva el patio con su espacio original y tenemos elementos suficientes para conocer la altura, anchura y dimensiones del claustro, aunque queda por estudiar el interior de algunas paredes", apunta Suárez, que recuerda que también se hallaron canecillos, ventanales, dos alturas de arcos, restos de policromía, arcos ojivales y de medio punto. "Los canecillos esculpidos en el alero del patio interior, sobre todo de motivos animales, son muy valiosos ya que en la catedral quedan muy pocos y aquí hay toda una colección", destaca Suárez.

El hallazgo de este claustro -que, atendiendo a su estilo los investigadores datan de finales del siglo XIV o principios del XV- inicia ahora un periodo de investigación. "Lo deseable es hacer un registro exhaustivo de los restos, repasar los distintos huecos donde pueda haber algo más y hacer un levantamiento y sondeos arqueológicos para comprobar las partes ocultas", describe el arqueólogo, que espera contar con "la voluntad de todas las administraciones y el arzobispado" para conseguirlo.

El arqueólogo advierte de la inexistencia de datos documentados sobre la fundación de este edificio. "Hay muy pocas referencias documentales sobre su creación, por lo que tampoco sabemos las razones por las que lo hicieron, tan solo hay documentos de finales del siglo XVI en las que se habla de su amortización, la ocupación por viviendas, etc.", destaca Suárez, que tampoco comprende por qué se mantuvo en pie solo dos siglos.

Uno de los grandes valores de este claustro es que en Santiago apenas se conservan de estilo gótico. "Habría bastantes pero no se conservan porque fueron modificados en el Renacimiento y, sobre todo, en el Barroco", advierte el experto. "En una ciudad como Santiago, con un patrimonio tan importante y cuya labor de recuperación es reconocida internacionalmente, aún puede parecer más sorprendente un hallazgo de este tipo pero, en realidad, no es algo imposible, más aún cuando los investigadores tienen tanto material para trabajar", apunta Suárez.

La iglesia de Santa María Salomé, consagrada a la madre del Apóstol, fue fundada entre 1140 y 1160 por el ex canciller catedralicio Pelayo Abad. El claustro, en el siglo XVI pudo convertirse en un hospital para niñas desamparadas, pero en poco tiempo desapareció en las construcciones parroquiales, entre ellas las capillas funerarias. En un plano de 1590 ya se observan tres edificios donde estuvo el claustro.

Este hallazgo, destacan los expertos, es especialmente importante para ayudar a esclarecer una época muy desconocida de la ciudad porque la mayor parte del urbanismo y arquitectura del siglo XV y XVI fueron barridas por los cambios históricos.