La colocación de dispensadores de bolsas para recoger los excrementos de los perros en la vía pública se ha notado en Porriño. Esto es lo que sostiene desde el gobierno local el concejal de Limpieza, Orlando Márquez, que indica que desde el pasado verano, con la instalación de medio centenar de estos elementos en las zonas urbanas del municipio, que comprende el centro del pueblo y también los polígonos de Torneiros, la presencia de heces de perros en las calles es mucho menor, "un 50 o 60 % menos. Se ve cómo la gente hace uso de las bolsas para depositarlas".

Sin embargo hay vecinos que no opinan lo mismo y que se quejan de "tener que ir mirando el suelo todo el rato para no pisar una" y culpan a los dueños de las mascotas de "falta de civismo y maleducados". En este sentido el edil de Limpieza señala que "esas personas que no cumplen las normas lo seguirán haciendo aún facilitándole todos los medios, son gente que da igual que haya o no bolsas o papeleras, optan por no recogerlo, así sin más".

Precisamente, para evitar estas situaciones y poner orden en el asunto, el Concello cuenta con una Ordenanza municipal reguladora de la convivencia ciudadana, limpieza de vías públicas y recogida de residuos en la que se recogen este tipo de conductas imponiendo sanciones ante su incumplimiento que van desde los 750 hasta los 1.500 euros. "Hasta el momento no se ha multado a nadie por este motivo pero en el momento en que se observe que una persona que acompaña a un perro mientras este hace sus necesidades no las recoja será sancionado de inmediato", explica Márquez. Los agentes de la Policía Local no hacen una vigilancia exclusiva y centrada en estos casos, pero sí "durante sus rondas si ven cualquiera de estos comportamientos están autorizados para aplicar la ordenanza". Los vecinos piden precisamente eso, "vigilancia y que se multe a quien incumpla las normas".

Eliminación de váteres

El anterior gobierno implantó en 2010 una especie de váteres para perros. Eran pequeños espacios, cerrados con un seto artificial, con una entrada, arena y varias plantas en su interior destinado a que los perros hiciesen ahí sus necesidades.

En aquel entonces se indicaba que para combatir el mal olor generado, habría operarios municipales limpiando estos espacios a diario pero aún así la iniciativa no cuajó y con el gobierno actual se eliminaron "pues no dejaban de ser un foco de malos olores y suciedad y generaron también quejas entre los vecinos, que se mostraron contrarios a que se habilitasen estos espacios, de ahí que optásemos por quitarlos".