El esfuerzo y la constancia durante años de lucha dan ahora sus frutos. La Asociación de Afectados por la AP-9 en Chapela cumple este mes su noveno aniversario en la recta final de las obras de ampliación de la autopista con la convicción de que, gracias a sus constantes movilizaciones y puntual seguimiento del avance de los trabajos, la parroquia redondelana conseguirá importantes mejoras viarias como contraprestación por los perjuicios causados.

"Hace cuarenta años, cuando se construyó la autopista, sufrimos la división de un pueblo sin recibir nada en compensación, y ahora, con la ampliación de los carriles íbamos por el mismo camino", señala Francisco Puch, uno de los miembros de la directiva del colectivo vecinal, que asegura que las reposiciones que se querían hacer en principio, incluidas en el proyecto, "eran de risa". La presión ejercida por esta plataforma a lo largo de los años, con manifestaciones multitudinarias, concentraciones casi a diario durante meses, un control constante de las obras y numerosas reuniones con el gobierno municipal y responsables de la UTE que ejecuta los trabajos, han conseguido que Fomento se comprometa a realizar un generoso plan de mejoras, valorado en más de 11 millones de euros, que ahora se incluye en el convenio actualmente en tramitación.

"En el proyecto inicial siquiera se contemplaban barreras antirruido pese a que los nuevos carriles de la ampliación transcurren en todo el tramo por una zona definida como casco urbano. Ahora vamos a disfrutar de numerosas mejoras en los viales afectados como Estrada do Torreiro, Pasán, Camiño Mouriño, Fonte Cornido, la ampliación del puente de acceso a Trasmañó, el traslado del colegio de Igrexa a un nuevo edificio en la zona de Cidadelle y la instalación de pantallas reductoras del ruido adecuadas en todo el tramo", explica Puch, que asegura que si no llegan a salir a la calle para reivindicar las mejoras nada de esto sería una realidad. "Si llegamos a callarnos y aceptamos lo que querían hacer ahora rematarían las obras y Chapela volvería a ser la única perjudicada por la actuación, pero al menos, aunque el daño seguirá porque la división que causa la autopista no se puede evitar, ahora recibiremos una contraprestación que mejorará el entorno del vial", apunta.

Expropiaciones

Otro de los directivos de la Asociación de Afectados, César Domínguez, destaca como uno de los principales logros del colectivo "conseguir que ninguno de los vecinos expropiados tuviera que dejar su casa sin recibir antes el dinero de la expropiación, realizada con valoración a precio del mercado". Pero advierte que el problema todavía no está resuelto, puesto que todavía reclaman la expropiación de un edificio de cuatro plantas en Chapela que queda pegado a la autopista, y una casa bajo el puente de Rande, aún pendientes de contestación por parte de Fomento.

Aunque los nuevos carriles en la AP-9 de abrirán mañana al tráfico, la asociación vecinal seguirá al pie del cañón con su labor de control de todas obras comprometidas por Fomento. Para enero ya tienen prevista una reunión con la UTE para acordar un programa de reparación de los daños causados por las obras en las casas de Río Frío y Mouriño.