Entre los vecinos existen diferentes posturas, unos aseguran que su salud se ha visto afectada por la presencia de lindano y otros, sin embargo, dicen no notar ningún síntoma al respecto y, aún a sabiendas de que están ante un compuesto químico tóxico que lleva años bajo tierra, continúan su día a día con normalidad sin seguir incluso a rajatabla las recomendaciones.

Es el caso de Cristina Ferreira, una de las vecinas que acudió ayer al Concello para notificarle que en sus dos pozos se ha detectado presencia de lindano, uno de ellos con valores muy altos. Cristina y su familia llevan dos décadas viviendo en Contrasto, han bebido siempre de uno de sus pozos y comido los productos recolectados en su propia huerta "y, hasta hoy, nunca hemos notado nada", asegura. Ahora, el Concello le ha comunicado que no debiera utilizar para nada el agua del pozo, única fuente de abastecimiento que tiene esta familia de cuatro miembros, ante lo cual se ha mostrado muy tranquila. "No la beberemos, como ya hemos hecho estos días, pero, en principio, la seguiremos utilizando para todo lo demás, si hasta entonces no hemos tenido ningún síntoma ni dolencia que se le pueda achacar a esto por qué lo íbamos a tener ahora, se supone que el lindano no apareció estos días sino que lleva tiempo ahí".