Mañana se cumple un mes de la grave ola de incendios que asoló Galicia y el ambiente continúa caldeado en Chandebrito, la parroquia nigranesa más castigada por el fuego. Fue allí donde perdieron la vida dos vecinas, Maximina Iglesias y Angelina Otero, de 86 y 78 años, atrapadas en una furgoneta durante una evacuación fallida que organizó la Policía Nacional. La polémica saltó ayer precisamente en relación a la actuación de los agentes y al premio que por ella les ha otorgado la ONCE. Una carta abierta del presidente de la asociación de vecinos, Víctor Vidal, tachaba la distinción de "insultante" y responsabilizaba directamente a los efectivos de ambas muertes "por falta de un análisis frío de la situación al sacarnos de una zona segura para meternos en la boca del lobo". Dos sindicatos policiales salieron al paso de las acusaciones, que consideran "muy graves", y anunciaron que estudiarán medidas judiciales contra el representante vecinal. La familia de una de las fallecidas respalda el comunicado del portavoz de la parroquia y, aunque no prevé interponer denuncias contra este cuerpo de seguridad del Estado por lo ocurrido, sí reclama una disculpa. "Se non as sacaran da casa, non tería pasado isto. Que recoñezan o erro e punto, pero encima ter que aguantar que sexan premiados é un insulto", afirmaba ayer María Costas Otero, la primogénita de Angelina.

Al profundo dolor por la pérdida, el marido e hijas de Angelina suman un sentimiento de "rabia". "Nós fomos tremendamente discretos despois de todo o que sufrimos e tivemos que aguantar o día 18 -tres jornadas después del infierno- que a Policía saíra cunha carta que foi unha vergoña, dicindo que salvaran xente", explicaba ayer María Costas indignada.

Recuerda que su padre fue evacuado de la parroquia en una ambulancia porque las llamas amenazaban su vivienda, junto al castro. "Chegou á casa chorando e dicindo que foran os policías os que as botaran ao lume. Eu tratei de calmalo, díxenlle que fora un accidente, que non había culpables, pero a miña percepción cambiou ao día seguinte, cando subín á parroquia e falei cos veciños. Elas [las fallecidas] estaban nun chalé rodeado de casas e coa piscina chea. Se non as sacaran de alí, non tería pasado isto. Entendemos que todos somos humanos e podemos equivocarnos, pero polo menos que non vaian de heroes", insiste.

Reitera también su rechazo a cualquier proceso judicial. "Nunca pensamos en meternos en pleitos, tan só pediamos algún tipo de asunción de responsabilidade por parte de alguén, simplemente. Pero onte cando escoitei que a ONCE ía premiar a estes policías pasei a mañá chorando", lamenta.

Por todo ello, apoya abiertamente la carta del líder vecinal. "Víctor botoulle narices e dixo o que pensa a meirande parte da parroquia e, aínda por riba, amenázano con denuncialo. Pero en qué cabeza cabe que no único sitio onde houbo mortos as forzas de seguridade sexan premiadas?", se pregunta además de manifestar que "en Chandebrito todo o mundo pensa que se estivera a Garda Civil en lugar da Policía as cousas terían sido diferentes, porque coñecen o terreo e preguntan aos veciños. Os policías chegaron alí cun GPS".