Cuatro días después del brutal ataque de dos perros a una octogenaria en Covelo -la mujer sigue grave tras amputarle las dos piernas-, un nuevo caso se ha registrado en Mos. De nuevo, una mujer de 76 años, identificada como M.C.R., ha tenido que ser trasladada a un centro hospitalario en estado grave por la agresión de un can de su propiedad. El perro es un American Pitbull Terrier, una raza considerada potencialmente peligrosa.

El animal, identificado con microchip, pertenece al hijo de la víctima y permanece en el Centro de Acollida e Protección de Animais (CAAN) de la Diputación -junto a los dos que atacaron a la mujer de Covelo-. El ejemplar se habría alterado por una máquina que en ese momento -a las 12.30 horas- realizaba obras en la calle. En una maniobra entró en la propiedad de la víctima agitando al animal, que estaba encadenado a un galpón. La anciana se acercó al perro con intención de tranquilizarlo, pero este se soltó abalanzándose sobre ella. Como consecuencia, sufre graves lesiones en un brazo y un pie y ha perdido mucha sangre.

Fuentes del organismo provincial han confirmado a Europa Press que, al contrario que en el caso de Covelo, el animal estaba "correctamente identificado" con microchip y registrado. El personal de lacería del CAAN se encontraba cerca de la zona y fue rápidamente al lugar tras el requerimiento de la Policía Local de Mos. El perro se encuentra ahora en cuarentena, antes de pasar revisión veterinaria, y su futuro, al igual que en el caso de los otros dos animales, depende de la decisión judicial.

Los obreros explican que la mujer se puso delante del animal pertrechada con una escoba para protegerles a ellos. Flavio Costa, uno de los operarios, describe cómo en un momento tenía ya el animal encima.

El 061, a las 13.15 horas, acudió al municipio de Mos, a la parroquia de Cela, en Sequeiros (Carballeira). Allí, y dado el estado de la mujer, fue necesario su traslado en una ambulancia asistencial con un médico de Atención Primaria al Hospital Álvaro Cunqueiro.

El ataque es el segundo en cuatro días de estas características. El de Covelo resultó especialmente duro por la atrocidad de las heridas. Los animales arrastraron a la mujer unos 30 metros, provocándole graves desgarros en las piernas y el cuero cabelludo. Debido al estado de las lesiones, fue necesario amputarle ambas piernas por debajo de las rodillas.