Los apicultores ganan terreno a la avispa asiática. La guerra emprendida esta primavera con más de trescientas trampas repartidas por Baiona, Nigrán y Gondomar no ha acabado con la plaga devoradora de abejas, pero al menos ha frenado su expansión, que parecía imparable. Así lo creen el delegado de la Asociación Galega de Apicultura (AGA) en Val Miñor y Baixo Miño, José Ramón Suárez, y el apicultor y concejal de Sanidade de Nigrán, Alfonso Vázquez Pérez.

Fueron unos mil los nidos retirados el año pasado en la comarca por parte de los propios apicultores y los bomberos del GES Val Miñor. Una cifra alarmante que prometía incrementarse en 2017 tras un invierno de temperaturas suaves. Así que los apicultores pusieron en marcha una campaña intensiva de colocación de trampas, de fábrica y artesanales, y de concienciación ciudadana para lograr que los vecinos colaborasen con sus propios cebos en sus fincas. Los productores de miel instalaron más de 200 y el Concello de Nigrán ha distribuido 130. En total, más del doble de los distribuidos el ejercicio anterior, que capturaron más de 5.000 reinas. Esta temporada han caído más ejemplares, dice Suárez, "aínda que xa non levamos a conta porque son miles", señala. Vázquez también nota un aumento en la caza. "Colléronse moitísimas e iso vai evitar que se multipliquen os niños", explica.

Sin duda, después de cinco años con la plaga en expansión, ambos pueden afirmar que la ofensiva con recipientes con el líquido casero -elaborado con vino, cerveza y zumo de arándanos- es la mejor arma que han encontrado hasta el momento para luchar contra la velutina. "Comprobaremos ao final do verán se os niños se dispararon ou non, pero o certo é que notamos moitos menos ataques de asiáticas nas colmeas e as abellas están traballando con normalidade", recalca Suárez. De hecho, las previsiones apuntan a que la cosecha se triplicará este año.

Llamada a la colaboración

Pero por el momento queda mucho para dar la batalla por ganada, así que los afectados continúan con su llamada de socorro a la población. Suárez lamenta que "a xente aínda non estea concienciada do perigo que corremos coas velutinas". Recuerda los estudios científicos que vaticinanel fin de la especie humana a largo plazo si desaparecen las abejas, pero también incide en los riesgos que corren, ya en la actualidad, las personas alérgicas a su veneno. "Eu mesmo estiven ingresado no hospital con shocks anafilácticos por picaduras na cabeza", afirma.

José Ramón Suárez Estévez - Delegado de la asoc. galega de apicultura en la comarca

"A xente aínda non está concienciada do perigo que corremos a causa da velutina"

Alfonso Vázquez Pérez - Apicultor y concejal de Nigrán

"Colléronse moitísimas e iso vai evitar que se multipliquen os niños este verán"