El longueirón vello, un molusco similar a la navaja pero con un valor comercial inferior, será mañana el protagonista de una fiesta gastronómica en Redondela. La Cofradía de Pescadores "San Juan" de Redondela ultima los preparativos para celebrar la segunda edición de la Festa do Carallote, una cita con la que los mariscadores del municipio pretende promocionar el consumo de esta especie en el mercado local.

Al igual que el pasado año, la cita será en la explanada del puerto de Cesantes, junto a la lonja, donde los trabajadores de la cofradía prepararán más de 1.300 kilos de longueirón. Los asistentes podrán degustar el producto con tres variedades de preparación: a la plancha, en salsa o con arroz. Además también se venderán raciones de empanada de trigo, maíz y hojaldre. Los precios serán populares, a cinco euros cualquiera de las tres variedades del plato, mientras que las empanadas serán a tres euros la de trigo y hojaldre, y a 3,5 la de maíz.

Además, también estará presente un pulpeiro para las personas que no quieran probar el longueirón o quieran completar el menú.

El patrón mayor de la cofradía, Clemente Bastos, destaca la importancia que tiene esta cita gastronómica para todos los trabajadores del mar en la comarca, puesto que si se consigue impulsar el consumo de esta especie supondría un nuevo recurso económico para los mariscadores que podrían compaginar con la extracción de almeja, sobre todo ahora que el berberecho está casi desaparecido de la ría. "Es una especie con mucho potencial que puede competir de manera directa con la navaja que llega de fuera, como la holandesa o la irlandesa. El carallote es un producto de gran calidad que se captura en nuestra ría y estamos convencidos que con un poco de promoción conseguiremos impulsar su demanda y crecerá su valor comercial", señala Bastos.

El dirigente del pósito redondelano explica que el éxito de la primera edición de la fiesta ya se notó esta temporada en la que han incrementado la demanda, aunque las ventas se realizan de manera directa a los compradores tras pactar el precio en la lonja. "Esto nos permite garantizar las ventas porque son los compradores los que nos encargan los kilos que necesitan", dice. La cotización ronda los cuatro euros y todavía se venden pequeñas cantidades. "Se recoge según el pedido, por lo que es un recurso que no se trabaja a diario. Las mejores jornadas fueron de unos 500 kilos, pero es un producto con mucho potencial".

Bastos anima a todo el mundo a acercarse mañana a Cesantes a degustarlo y está convencido de que "los que lo prueben, les va a gustar y repetirán, seguro", afirma.