La Guardia Civil denunció por vía administrativa a los propietarios de una veintena de armas que habían sido intervenidas el pasado mes de marzo en "un taller clandestino" de reparación, en el municipio de Tomiño, según informó ayer la Benemérita.

El 16 de marzo, el Grupo de Información de la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra había detenido, en el marco de la operación "susurro", a un vecino de Tomiño acusado de la comisión de un presunto delito de tenencia, tráfico y depósito de armas y municiones.

En un galpón anexo a su domicilio, el arrestado tenía un taller clandestino de reparación en el que se le intervino una importante cantidad de armas de caza, armas cortas y abundante munición.

Sin perjuicio de las actuaciones penales que sigue el Juzgado de Instrucción número 3 de Tui, la Guardia Civil inició un procedimiento administrativo para averiguar el origen de las armas y la identidad de sus propietarios.

Las investigaciones llevadas a cabo por la Intervención de Armas de esta Comandancia concluyeron con la identificación de los propietarios de una veintena de armas que, aunque estaban perfectamente documentadas, habían sido ilegalmente cedidas, de forma temporal, para su reparación en un taller clandestino.

En consecuencia, la Intervención de Armas denunció a los propietarios de todas estas armas por una infracción grave tipificada como tal en la vigente Ley de Seguridad Ciudadana en concordancia con el vigente Reglamento de Armas, que pueden ser sancionados con una multa de 601 euros a 30.000 euros, cada uno de ellos

La mayor parte de los propietarios residen en distintas localidades de la provincia de Pontevedra: O Rosal (2), A Cañiza, Tomiño (2), Vigo, Pontevedra, Tui (5), Gondomar (2), O Porriño (2), Oia y Ponteareas) y los dos restantes en Lugo y Ourense.

La Subdelegación del Gobierno en Pontevedra será el organismo encargado de resolver los expedientes sancionadores que se incoaron al efecto.