Las veinte plazas para personas dependientes que el Centro de Día de Cesantes pondrá a disposición de los vecinos de Redondela y sus municipios limítrofes a partir de enero todavía no están cubiertas, informó ayer la directora, Susana Seoane. El complejo tuvo ayer una jornada de puertas abiertas para darlo a conocer a futuros usuarios y sus familiares. "Por ahora solo hay ocho plazas ocupadas", explicó.

El Consorcio Galego de Benestar asigna las plazas en función de los informes previos que realizan la Xunta y los servicios sociales de los Concellos. "El primer paso es reconocer la situación de dependiente", apuntó la directora. Si se estima la petición, pasarán a una lista de solicitantes. Los usuarios podrán asistir a media jornada o a tiempo completo. El servicio tendrá un coste, en función de la renta familiar.

Según Seoane, el perfil de los usuarios es de "mayores de 60 años con dependencia cognitiva por demencia o ictus, o física, que impida realizar actividades cotidianas".

En el complejo trabajarán en principio ocho personas, incluyendo una trabajadora social, una psicóloga, terapeutas y gerocultores.

Dotación

Las amplias instalaciones del Centro de Día de Cesantes se ubican en un lugar privilegiado, con mucha luz natural y vistas a la ría. En su planta baja cuenta con una sala polivalente para talleres y terapias, con un pequeño jardín. Otra sala se dedica a rehabilitación con poleas, espalderas y herramientas para estimular la motricidad. Además de baños adaptados, hay un comedor, cocina y lavandería. En la planta superior -aún no entrará en funcionamiento- están las habitaciones, individuales y dobles. Las obras costaron más de 2 millones.

"Ya era hora de que lo abrieran, porque hace más de cuatro años que se construyó. Pero veo que está perfecto", resumía uno de los primeros visitantes, 'Tucho' Fernández.