El juicio contra los tres guardapescas de la Cofradía de Pescadores de Baiona por inventarse una denuncia por furtivismo contra un excompañero quedó ayer visto para sentencia con grandes dudas que el juez despejará. Poco aclaradores resultaron los testimonios que se sucedieron el martes y ayer en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial en Vigo. Varios testigos afirman que el denunciante, José Luis Lorenzo Suárez, estuvo en Noia la mañana de los hechos por los que los acusados -el coordinador de los vigilantes, Xosé Lourenzo, y sus colegas Diego R. y Darío F.- redactaron un acta de infracción supuestamente falsa por ayudar a un furtivo habitual de la zona en Pedornes (Oia). Pero unos lo sitúan allí en torno a las 9.00 y otros, pasadas dos horas más tarde. Por lo que, como indica la defensa, podría haber tenido tiempo de viajar hasta la localidad coruñesa después de colaborar con el mariscador ilegal, al que, según señalaron otros declarantes vinculados con el sector pesquero de la comarca, trasladaba con frecuencia en su coche por la carretera próxima al litoral. Eso sí, ninguno de los citados los vio juntos fuera del coche en las rocas donde se extrae el percebe.

La Fiscalía mantiene la petición de dos años y tres meses de prisión y una multa de 3.000 euros para los imputados por un delito de falsedad documental, mientras que la acusación particular reclama 6 años de cárcel, 14.400 euros de sanción y una indemnización de 9.000 para la supuesta víctima.

El primer interrogado de ayer fue un vigilante del pósito de Noia, que insistió en que el denunciante estaba en la lonja a las 9.15 horas, donde se iba a celebrar una charla que finalmente empezó a las 11.45. El patrón mayor de la localidad afirmó que había llegado tarde y que recibió la formación al terminar la convocatoria, tal y como se lo había comunicado personalmente a su homóloga en Baiona, Susana González, que también declaró ayer.

La patrona mayor baionesa "estaba preocupada" por si sus guardapescas habían cometido una irregularidad, y viajó a Noia para aclarar la cuestión, según explicó durante su testimonio, que apuntó a que "todo el mundo sabía que José Luis colaboraba con un furtivo habitual" desde que dejó de vigilar para la Cofradía. Una vigilante de A Guarda también incidió en este rumor y aseguró haberlos visto juntos en el coche de José Luis Lorenzo, pero nunca en faena en las rocas. Igual que una compañera suya, en cuya furgoneta se refugió el jefe de los guardapescas tras una discusión con el citado furtivo, en la que "no pasó nada, no se pegaron", dijo.