El Concello de Salvaterra acaba de restaurar tres de sus pesqueiras en el Miño, concretamente las conocidas popularmente en la localidad como Maximina, Bucheira y Mon. Esta actuación ha tenido un doble objetivo: de investigación y de recuperación.

En el apartado de recuperación se ha trabajado en localizar las patologías de esas pesqueiras, río arriba, comenzando en el paseo fluvial, bajo el Castelo de Dona Urraca.Mientras que en apartado de investigación, se ha recabado información para elaborar un catálogo de las pesqueiras que aún existentes en el municipio. Se ha trabajado en su localización y en la definición de sus características particulares. De este modo, han quedado establecidos unos criterios que se seguirán también en próximas intervenciones. Con su investigación también se han puesto en valor, al considerarlas como elementos potenciales en el recorrido de un futuro paseo fluvial que se pretende llevar a cabo en toda la margen del río Miño.

Las pesqueiras del Miño son singulares por ser construcciones de grandes sillares de una piedra que se adentran en el río, y que tienen su origen durante la colonización romana, con el objeto de pescar lampreas, salmón, sábalo y otras especies del río. Están formadas por un muro de una piedra o varios, que rondan los tres metros de espesor denominados "poios" o "pescos". Estas pesqueiras se localizan durante 30 kilómetros de curso fluvial desde Salvaterra a Crecente, tanto en la orilla española como en la portuguesa, llegando a haber 700, frente a las 300 que se conservan hoy.

Las pesqueiras de Salvaterra son generalmente de un solo pesco perpendicular al muro, con una longitud que oscila entre los 20 metros levantándos 6 metros desde el fondo del río, generalmente sobre una roca, construida en mampostería, con grandes sillares entrelazándose sin más unión que las propias piedras, algo menores con respeto a las de las zonas más altas.

También la forma de pesca de las pesqueiras de Salvaterra varía de las zonas altas, se usa la red "cabeceira", una red ancha que se utiliza lastrada con piedras y colgada de boyas flotantes. La malla se lanza en pozos y remolinos próximos a la pesqueira y trabaja flotando.

Desde el gobierno local señalan que "este proyecto de restauración y puesta en valor de nuestro patrimonio es una acción más encaminada a la promoción y divultación de nuestro municipio".