Con él aprendimos que para hacer grandes obras no es necesario hacer demasiado ruido, sino ser trabajador, leal y fiel a los principios, como, entre otras muchas cosas, siempre fue Oswaldo.

Fue el gran conseguidor de las parroquias, al que los vecinos abrían la puerta de su casa y el que siempre se preocupaba del camino, de la luz y los alcantarillados que comenzaban a hacerse y al mismo tiempo de la salud del abuelo y de si en esa casa llegaba el dinero para acabar el mes.

Fue un empeño personal y luchó por conseguir que As Neves, a pesar de su población, tuviese un Instituto de Enseñanzas Secundarias, y lo logró consiguiendo la recuperación de un edificio histórico prácticamente derruido que fuera colegio de Artes y Oficios.

Durante sus mandatos se logró además la construcción del polideportivo y del Auditorio y sala de exposiciones, obras por las que trabajó, pensando en la necesidad de fijar población en los momentos del declive poblacional en el rural.

También será recordado por impulsar la recuperación de la Banda de Música Popular de Rubiós, otro de sus retos, o la coral polifónica de As Neves, y poner en marcha la Escuela de Música Municipal.

Sin duda, ayer despedimos a un gran alcalde, el mejor que tuvo As Neves en muchos años, y que deja un legado que no se olvidará fácilmente y que será difícil de superar.

*Exalcalde de As Neves por el Partido Popular