El sol ya se había puesto. La oscuridad era casi total en el mar, apenas iluminado por la luna en cuarto creciente. Dieron las diez. La música electrónica zumbaba en el oído de los cientos de personas que se agolpaban en el arenal de Patos en espera del insólito fenómeno. Y las olas, aunque con media hora de retraso sobre la hora prevista, resplandecieron finalmente bajo las tablas de surf.

El extraordinario espectáculo, con un único precedente en la ría de Vigo -hace un año en la misma playa-, sirvió para conmemorar el décimo noveno aniversario del Patos Surf Club, que va camino de convertir su exhibición nocturna de verano en una cita imprescindible para los amantes de este deporte.

Cuatro profesionales aceptaron el reto de iluminar la noche con sus trucos sobre las olas y desafiaron a la oscuridad sobre cuatro tablas equipadas con luces led. Fueron el vasco Asier Muniain, experto en olas gigantes; el brasileño Mateus Lima; Alba Lloves, monitora del club; y Pedro Suárez, que con once años es el actual campeón gallego de su categoría.

El público disfrutó así por unos minutos en completa oscuridad de cuatro de las ocho tablas de estas características que se mueven por el circuito surfero, aseguró Pedro Novalbos, presidente del club. Fabricadas por la empresa española Pukas, en Irún, han recorrido ya los cinco continentes.

Sin embargo, los cuatro afortunados surferos fosforescentes no fueron los únicos en lanzarse al augua en una noche en la que la buena temperatura animó a decenas de aficionados, en su mayor parte alumnos del Patos Surf Club, a enfundarse sus neoprenos y aprovechar las escasas olas que, sobre todo en los primeros momentos, no alcanzaron las dimensiones ansiadas por los más veteranos.

Por otro lado, el atractivo espectáculo en el mar, inmortalizado en cientos de instantáneas realizadas con móviles y cámaras de fotos, tuvo también su réplica en tierra, donde varios monopatines con luz circularon entre el público al ritmo que impuso con su música el DJ Franco Trilusa.

Proezas de Muniain

Además, en una gran pantalla se proyectaron varios cortometrajes con el surfero vasco Asier Muniain como protagonista. Entre los vídeos, se pudieron ver así varias piezas inéditas sobre las hazañas del deportista el pasado invierno durante la temporada de ciclogénesis en la costa de Finisterre.

La fiesta, en la que el público tuvo la posibilidad de adornarse con pulseras y collares fluorescentes, se prolongó de este modo hasta bien entrada la madrugada, tanto dentro como fuera del agua, y con la vista puesta ya en una posible tercera edición en 2015. El éxito de público y participantes ayer no deja lugar a dudas, el surf nocturno ha llegado a la costa miñorana para quedarse.