"Nos da mucha pena perder la trainera porque es una embarcación que ha escrito una parte de la historia de este club, pero no nos queda otra alternativa por la limitación de espacio de nuestras instalaciones". Julio Prado, el presidente de la junta gestora del Club de Remo de Chapela, confiesa que la decisión de desprenderse de este barco ha sido difícil, puesto que se trata del primero que adquirió nuevo el equipo, a principios de los años noventa, y con el que lograron los primeros éxitos del club.

La embarcación fue encargada al astillero vasco Fontán, en Pasajes de San Juan (Guipuzcoa), y se construyó en madera de forma artesanal. "Es una auténtica obra de arte y en la época fue muy puntera, con una gran estabilidad en navegación. Sin embargo, su elevado coste de mantenimiento hizo que con el paso del tiempo estas embarcaciones de madera fuesen sustituidas por las de fibra de carbono de ahora, mucho más económicas, ligeras, rígidas y, sobre todo, requieren menos cuidados porque no se deterioran tanto", explica Prado.

La directiva del club chapelano se movilizó en los últimos meses en busca de una salida digna para su histórica embarcación, puesto que normalmente las embarcaciones que ya no sirven para competir se suelen destruir. Pero este caso era especial porque se trata de una de las pocas traineras de madera que quedan, además del valor sentimental del barco. Así que, tras contactar con distintas asociaciones dedicadas a los barcos clásicos, surgió el opción del Museo del Mar de Vigo. "Cuando nos comunicaron su interés nos pareció perfecto porque estamos convencidos de que es el mejor destino que podía tener. Será restaurada y quedará expuesta en esta instalación cultural para que pueda ser contemplada por los aficionados a este deporte durante muchas generaciones", señala con satisfacción Máximo Expósito, uno de los directivos del club que más se volcó en buscar un lugar para la trainera, que conservará el nombre de "Arealonga" en sus laterales y Chapela en la proa.

La última vez que esta embarcación salió al mar fue hace cuatro años, en 2010, para participar en una regata de veteranos con motivo del 25 aniversario del club. Ahora ya no volverá a navegar, aunque siempre quedará para la historia.