Los vecinos de Oia se estrenarán este año en el pago del recibo del saneamiento. Será una tercera parte de la población de este pequeño municipio la que afronte la nueva tasa, de 36 euros anuales para las viviendas y a partir de 60 euros para los negocios, una cantidad que aumentará en función del tamaño de cada establecimiento. El Ayuntamiento ya ha notificado a todos los pagadores el anuncio del cobro, que se producirá después del verano, en cuanto el ORAL, que se hará cargo de la gestión de las facturas, envíe los recibos, según explica el alcalde, Alejandro Rodríguez.

Es la primera vez en la historia que el Concello cobrará por el servicio, pese a que los primeros tramos del alcantarillado comenzaron a instalarse en los años noventa, durante los mandatos del anterior alcalde, el desaparecido Álvaro Miniño. En los últimos años, concretamente entre 2009 y 2010, las obras con cargo al Plan - del Estado sirvieron para colocar más kilómetros de tuberías y bombeos, hasta completar un 85% de las parroquias costeras del municipio -Mougás, Viladesuso, Pedornes y Oia-. Poco antes, en 2006, la Diputación instalaba las cinco polémicas minidepuradoras para tratar las aguas residuales en las mismas zonas, unas máquinas que comenzaron a funcionar al completo en 2011.

El interior, sin alcantarillado

Las parroquias interiores, Burgueira y Loureza, todavía carecen de saneamiento. "No hay ni un metro de tuberías", asegura el alcalde. Por este motivo, su gobierno tomó la decisión de elaborar un padrón municipal de viviendas y negocios dotados de alcantarillado. Querían acabar con el "agravio comparativo" entre los ciudadanos del litoral y los del rural. "Hay que pagar por los servicios de los que se disfruta", argumenta Alejandro Rodríguez.

Los cálculos del regidor sitúan en más de 30.000 euros la cantidad que el Ayuntamiento recaudará al año por el cobro del saneamiento. Pero el servicio será deficitario. La cifra no alcanzará ni para el mantenimiento de tuberías, bombeos y depuradoras. Ni por supuesto para el gasto en consumo eléctrico de las mismas. Según denunciaba el propio Rodríguez a finales de 2011, estas máquinas gastan entre 1.400 y 1.800 euros al mes en corriente, lo que supone más de 90.000 euros al año. La Diputación ha instalado recientemente en todas ellas unos nuevos sistemas que, según asegura el regidor, supondrán un ahorro de entre el 40 y el 45% en su factura eléctrica.