Solo queda nuestro lamento y decir que te queremos de verdad, solo queda que aún te sentimos y que siempre te vamos a recordar.

El 15 de marzo hemos dejado de verte, pero sin lugar a dudas desde ese día te sentimos con mayor intensidad. Hay personas que se van para siempre y otras que no se irán jamás. Has quedado grabada a fuego en nuestras mentes, en nuestras almas y en nuestros corazones. Tú, Olga, siempre serás eterna. Es una sensación muy extraña sentirse vacíos por tu pérdida y llenos por tu inmensa presencia.

Sabíamos de la grandeza de tu corazón, de la pureza de tu alma y de tu condición de centro gravitatorio de nuestra familia. Mamá dijo un día que eras nuestra segunda madre, difícilmente cualquier otra expresión pudiera reflejar mejor la realidad vivida. Mamá y papá se sienten perdidos ante la pérdida de una hija tan especial, Marcos lucha contra el enorme vacío que has dejado, tu ahijada no es capaz ni quiere asimilar que no esté su madrina, tus hermanos nos sentimos desamparados, tus cuñadas, tu cuñado y tus sobrinos te extrañan y todos te buscamos en el cielo, en el mar, en las flores, en el viento, en cualquier lugar hermoso.

Toda la familia queremos darte las gracias por el coraje que has tenido durante tu corta vida. Sabemos que nos sigues cuidando como has hecho siempre. Pocos seres humanos han dejado o dejarán un legado semejante al tuyo. Tendrás que perdonar que sigamos llorando por ti. Los que hemos quedado aquí somos más débiles de lo que nunca imaginamos, tú eras nuestra fuerza. A ti, Olga, nunca dejaremos de quererte.