Después de tantos años votando hoy me encuentro desencantado de la política. Tras el 20-D he llegado a la conclusion de que los partidos políticos se han convertido en meras empresas y la política en una profesión, ya que solo piensan en sus intereses propios, y que a los ciudadanos les falta objetividad a la hora de emitir su voto, pues se dejan influir por las siglas más que por sus programas o resultados en mandatos anteriores. Un ejemplo son las últimas elecciones, donde después de muchos años de bipartidismo este ha sido derrocado por los nuevos partidos, los cuales prometen cambios en la política actual. Pues bien, ahora el problema, según algunos, es que no se fían del mapa político surgido de las urnas y ya hay quien echa de menos el bipartidismo, o el gobierno por decreto por las mayorías absolutas.

En mi opinión, el resultado favorece los pactos, y es aquí donde los partidos deben aparcar sus intereses partidistas y llegar a acuerdos para complacer las exigencias de los ciudadanos, pero dudo que eso sea posible en este país donde la política se ha convertido en un negocio y no en un servicio a los ciudadanos como debería ser.