Mientras cada parroquia celebra las fiestas de sus santos varias veces al año, los nombres de los santos para los recién nacidos ya no son muy populares.

Si retrocedemos unos 80 años, nos damos cuenta que los nombres más conocidos eran José y María. En el siglo XV Cristóbal Colón había inundado la América Latina con los nombres de los santos más famosos de la época. Con el paso del tiempo, los fieles ya no son tan fieles, acuden a las iglesias como un cuenta gotas, para la celebración de un bautizo, casamiento o entierro. Los santos nombres se han olvidado para dar paso a otros más modernos como Iker, Markel, Jon, Mikel, Uxía, Sara o Antía.

Lucía parece ser un clásico, pues se lleva mucho. Rosalía tiende a desaparecer y los Santiago, Manolo y Adolfo bajaron muchos puestos. Actualmente lo más importante de un nombre son los apellidos, pues nos dicen mucho por la historia que contienen y además se llevan mucho.

Hace años los recién nacidos eran obligados a llevar el nombre de un santo, pero hoy como todos somos pecadores, hasta el Papa Francisco dice ser un pecador, tenemos más libertad. Los nombres modernos nunca serán santos y tampoco serán recordados como los clásicos con fiestas de dos a siete días.