No hace mucho fui invitado a uno de los eventos más importantes del Real Club Náutico de Vigo como es la Semana del Atlántico, donde compitieron unos trescientos regatistas de la clase Optimist en el Meeting Pescanova. Evento que lo realizan Don Manuel Seoane y Carlos Moreno, que llevan una larguísima trayectoria en la náutica deportiva en Galicia y trabajando en clubes como el Monte Real Club de Yates de Bayona y el Real Club Náutico de La Coruña.

La organización fue, desde mi punto de vista, todo un éxito de participación, no solo por el número de regatistas, sino desde dónde han venido los regatistas de otros países como Lituania, Bélgica, Inglaterra y Portugal además chicos y chicas de toda España, un indicativo del alto nivel que está cogiendo esta cita náutica.

Más que un "mitín" parecía un Campeonato de Europa "no oficial" y es que la Ría de Vigo poco tiene que envidiar a las grandes regatas del Lago Di Garda en Italia, pues si se veía hacia la zona de Domaio y Rande, la imagen es la de un lago entre las montañas de Los Alpes, si se veía hacia las Islas Cíes y hacia las dos bocanas del océano, podrías pensar que estabas en Holanda en la Delta Lloyd Regatta, navegando en aguas del Mar del Norte. Estoy convencido que se han llevado un grato recuerdo de nuestro paisaje y ciudad.

Además ese día el Dios Eolo premió al Comité de Regatas, los directores de orquesta en el agua, con viento para hacer dos pruebas a los tres grupos en que se clasificaban a los niños según edad y nivel.

Al término del día, algo que tengo que destacar es la gestión logística de todo ese "ejército" de pequeños soldados para guardar los barcos, no solo de regatistas, sino que también de entrenadores, comités y organización. A todos ellos les esperaban grandes pantalanes y grandes rampas para que en cuestión de pocos minutos todos estuviesen en los vestuarios y hoteles para cambiarse de ropa y comida caliente.

La zona del Náutico. Daba gusto pasear por ella, ver los bares, restaurantes y hoteles llenos hasta la bandera de niños, niñas y entrenadores de todos los rincones de España y Europa haciendo piña, contando sus historias de regata. Son el futuro de la vela, de ahí saldrán futuros campeones del mundo y quizás olímpicos de aquí a pocos años y Vigo fue testigo de sus primeros pasos.

La Semana del Atlántico es una gran regata a todos los niveles. Deportivo sin duda pero también económico. Creo que deberíamos seguir potenciando y ayudando a que eventos de este tipo sigan haciéndose en la ciudad y en la Ría de Vigo. Me reitero con mi más sincera enhorabuena a la organización del Real Club Náutico de Vigo.