Leo con indignación en los medios de comunicación que, no contentos con haber destrozado el paraje del Camino de Santiago a su paso por O Pino, los señores del ladrillo y el cemento, en clara confabulación con los políticos que nos administran, vienen dispuestos a organizar otro salvaje atentado contra un bien que es de todos.No han tenido bastante con haber enterrado el Camino de Santiago bajo el asfalto y el hormigón del polígono industrial de O Porriño, ahora proyectan a continuación un nuevo polígono en Redondela- Mos, que tendrá un impacto muy negativo sobre el Camino a la altura de Chan das Pipas.Todo ello, a pesar de los informes en contra del ICOMOS, organismo representante de la UNESCO en España en temas de patrimonio histórico-artístico, y de la oposición frontal de los vecinos del lugar y de la Asociación Gallega de Amigos del Camino de Santiago (AGACS). Pues bien, de la misma forma que en otras ocasiones los peregrinos hemos defendido la integridad del Camino de Santiago de los ataques de Fadesa y del Concello de O Pino,que ahora se están demostrando contra la ley, vamos a luchar con uñas y dientes contra el asentamiento de cualquier monstruo de asfalto, cemento y ladrillo que suponga un impacto negativo contra nuestro Camino de Santiago, y cuando digo “nuestro” me estoy refiriendo a todo el género humano, que son, somos, los auténticos dueños y señores de ese patrimonio, no las multinacionales. Que sepan todos que, en la medida de las posibilidades de los peregrinos, que son muchas, vamos a intentar impedir tamaña barbaridad. Nuestra obligación como hombres de bien es proteger y entregar a nuestros hijos en perfecto estado todos los bienes de tipo histórico y cultural que hemos heredado de nuestros ancestros.Y el Camino de Santiago es uno de ellos y ¡muy importante! por la cantidad de personas que transitan por él. Por todo ello: ¡Dejen el Camino de Santiago en paz, no es suyo! Claven sus zarpas ávidas de dinero en otros terrenos. ¡No maten un bien que es patrimonio de la humanidad! En su momento, los defensores del Camino de Santiago hemos soportado veladas amenazas y falsas acusaciones de los abogadillos falderos de Fadesa y del Concello de O Pino. Ahora que se ha demostrado que teníamos razón y que los que obraban mal son ellos,¿van a reponer la vegetación que impunemente destrozaron en tan poco tiempo? ¿O acaso Fadesa abandonará Galicia y a sus operarios sin pagar ni un céntimo de todo el daño que han hecho? Me temo que sí.