El cierre patronal, la huelga, el paro o lo que se quiera llamar acontecido en estos días y seguido por parte de un número importante de la flota pesquera de nuestro país, y de otros de la Unión Europea, no debería entenderse únicamente por el excesivo coste de los carburantes ya que sería demasiado simplista afrontar un problema ya endémico que arrastra a una gran parte del sector a su desaparición.

Las excesivas importaciones de pescados y mariscos sin control; el arcaico sistema de venta y comercialización de determinadas especies, principalmente dentro del sector de la bajura; el pésimo funcionamiento y la carencia de miras hacia el futuro de algunas organizaciones pesqueras, ancladas en el pasado, que a lo único que se dedican es a retener cada vez más porcentajes a los propios marineros, para garantizar sus sueldos, y que merman considerablemente los ya de por sí irrisorios ingresos que los marineros se pueden llevar a casa cada semana, así como la falta de compromiso de una Administración Pública hasta ahora permisiva y que actuaba a golpe de talón, dando a diestro y siniestro ayudas y subvenciones a algunos armadores (a los de siempre), principalmente de empresas mixtas, y que no eran ni son garantías de estabilidad laboral para los marineros que faenan en estas empresas. Son algunos de los muchos males que aquejan al sector pesquero de nuestro país.

Hay que ser realista y consecuente con lo que se dice y se comenta muchas veces a la ligera, por parte de algunos responsables políticos y pesqueros, cuando se habla de cualquier sector económico ya que el mayor perjudicado siempre es el trabajador y en este caso el escalón más bajo del sector pesquero es el simple marinero y no el motorista, el contramaestre, el capitán, el patrón o el armador, cuando estos están con el agua al cuello, ¿cómo lo estarán a pasar los marineros y sus familias?

Las diferentes administraciones, autonómica, central y europea, deberían tener diseñadas unas directrices claras para garantizar el futuro del sector pesquero basadas en la productividad y la sostenibilidad, nunca pensando en que cada cierto tiempo haya que destinar cantidades económicas importantes para subvencionar al sector. Los profesionales y los viejos lobos de mar lo único que desean es poder faenar sin tener que depender de las ayudas económicas, ahora hay que dar tiempo al tiempo para ver que medidas se adoptan y que va a pasar con el sector pesquero de nuestro país.