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José María Guzmán: "Este sigue siendo el país de criticones a los que cantábamos en Señora Azul"

"Estamos en una época con demasiada oferta musical, poca demanda y mucha prisa por todo"

José María Guzmán.

Fue una de las bandas más importantes y originales de la década de los 70 en España, aunque en esa época pocos se dieran cuenta. Con el tiempo, tras años de olvido y reivindicación, canciones de Cánovas, Adolfo, Rodrigo y Guzmán (CARG) como Señora Azul, Linda prima o Solo pienso en ti se han convertido en pequeños mitos del pop nacional, legado de una banda que en los estertores del franquismo ofreció a quien quiso escucharles un buen puñado de composiciones inteligentes, letras memorables y melodías incontestables.

-¿Qué ofrecen ahora en sus conciertos?

-Las canciones de siempre, que es lo que espera la gente. Alguna nueva pero sobre todo canciones de la época de Solera, que es cuando empecé yo con Rodrigo, y por supuesto de Cánovas, Adolfo, Rodrigo y Guzmán (CARG), de los Íberos, que es donde empezó Adolfo. Canciones de mayores porque ya sabes que somos un poco más mayores que los grupos de ahora.

-Sí, son mayores, pero las canciones de Solera o de CARG siguen siendo reivindicadas como canciones de pop perfectamente modernas.

-En su momento no nos hicieron mucho caso. Eramos un grupo raro, que salió en el 73 cuando los que despuntaban eran los que hacían la canción del verano. Los Diablos, Formula V, los Puntos... Grupos que hacían música mucho más comercial y nosotros no nos comíamos una rosca. CARG no era un grupo de verano sino de invierno. Dábamos pena, pasábamos frío, hambre... Pero hacíamos canciones atemporales y para siempre.

-Y se ha demostrado que era así. Señora Azul , Solo pienso en ti o Linda prima podrían haberlas compuesto un buen grupo indie de los 90 con querencia por el pop bonito y arreglado.

-Se nota que el sonido es de la época, porque la técnica era otra. Pero las canciones en sí son temazos que valen para siempre. Es lo que la gente nos pide ahora. Hemos estado tocando este verano por el norte y la gente se sabe las canciones mejor que nosotros, no nos podemos ni equivocar un ápice.

-¿Y su público de ahora es el poco público que tenían en los 70 o se ha ido renovando?

-Hay gente de los 70, gente mayor, pero están también sus hijos, que escuchaban esa música porque sus padres eran unos auténticos coñazos que ponían CARG o Solera en el equipo porque ellos sí podían comprarse, aunque fuera de esos del Readers Digest. Los hijos han mamando esa música. No podemos hacer muchas cosas nuevas, alguna versión de Crosby, Still, Nash and Young o los Beatles... Pero sobre todo cantando canciones nuestras de toda la vida.

-Usted que trabajó como músico de estudio con tanta gente en los 70, ¿qué le sigue gustando de aquella época?

-Yo soy de la época hippy, que vendría a ser lo que ahora es un hipster. Me acuerdo que de pequeño lo que mamaba eran grupos de voces, como los Beatles, los Hollies o los Beach Boys. Y de aquí a los Íberos. De hecho, cuando quisimos hacer Solera y CARG siempre pensé en Adolfo como cantante y guitarrista porque tenía una voz especial. Y hasta que no lo conseguí, no paré.

-De esa época en la que aparecen ustedes triunfaba también una escuela de solistas encabezada por Nino Bravo.

-Sí, en esa época había que parecerse cantando a Nino Bravo. Había una escuela, pero nosotros no teníamos ese vozarrón, veníamos de un pop diferente, música espectacular.

-¿Se pueden arreglar las cosas con la música o eso es para románticos?

-No es para románticos. La cultura musical te hace más crítico y te hace mirar las cosas de forma más clara. No es como el fútbol, que si eres de Barcelona eres contrario al Madrid y si eres de Madrid eres contrario al Barcelona. Eso es muy provinciano. Hay que mirar más allá, querer los idiomas de cada sitio, los acentos... Un pueblo que está abocado al odio pasa lo que pasa, se volverán a convocar elecciones y ganará el PP porque todo el mundo es nacionalista.

-Sé que la canción Señora Azul estaba dedicada a un crítico, pero ha quedado como un ataque a una sociedad de criticones y con aires de superioridad. ¿Sigue muy vigente, no?

-En aquella época siempre había detrás de nosotros un crítico musical que nos daba caña porque nuestra música no se llevaba. No diremos su nombre, pero estuvo ahí, con su bigote... Que luego nos quería mucho y nos invitaba a su programa, pero... España sigue siendo el país de criticones y envidiosos a los que cantábamos en Señora Azul, siempre con rencillas de un pueblo a otro. Señora Azul habla de eso, de alguien que tiene el poder y dice lo que hay que hacer aunque no tenga ni idea.

-O sea, que las Señoras Azules siguen gobernando el país...

-Sí, aunque el azul sea muy anterior al PP o el rojo al PSOE.

-Después de CARG tuvo su carrera en solitario, y montó Cadillac, que fue como un hermano mayor de la nueva ola española de los 80, como Mamá o Secretos.

-Sí, Cadillac no gustó porque la crítica nos decía que sonábamos demasiado perfectos. Nosotros decíamos: "¿Qué queréis que hagamos? ¿Lo hacemos mal? ¿Dejamos las guitarras desafinadas para que te guste a ti?". Las cosas que como músicos habíamos aprendido con el tiempo en los 80 no se estilaban. Había que tocar el bajo con un dedo, porque todo era primerizo. Pero también es verdad que se hicieron canciones espectaculares porque en esa época hubo una explosión musical y cultural porque la gente hacía lo que sentía.

-¿De todas esas décadas en las que ha vivido y tocado, cuál cree que ha sido la más importante?

-Los 60 fue una época donde España empezó a mamar la música de fuera, es el germen del rock y del pop. En los 70 se empezó a diferenciar entre música comercial y de culto. En los 80 hubo una explosión y en los 90 se diluye todo, y estamos diluidos desde entonces, con demasiada oferta musical, poca demanda y mucha prisa por todo.

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