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Ledicia Costas: "La escritura es la faceta de mi vida en la que me siento más libre"

"Leer aporta a los niños una capacidad crítica que es esencial en estos tiempos"

La escritora Ledicia Costas, ayer en su casa de Vigo, con la obra premiada. / Ricardo Grobas

Su nombre le sienta como anillo al dedo pero especialmente ayer, Ledicia Costas (Vigo, 1976) desprendía alegría por cada poro de su piel. "Me siento en una nube", advertía nerviosa y entusiasmada minutos después de recibir la llamada del Ministerio de Cultura para informarle de que era la ganadora del Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil 2015, dotado con 20.000 euros. Su novela "Escarlatina, a cociñeira defunta" -que ya recibió el Premio Merlín de Literatura Infantil, el Premio Fervenzas Literarias y el Premio Xosé Neira Vilas de la Asociación Galega de Editores- ha resultado elegida por el jurado por ser "una obra extraordinaria, humorística y rompedora en el contexto de la literatura infantil y juvenil actual que destaca también por su fácil lectura, por su humor escalofriante y por la habilidad para desmitificar el mundo de la muerte". Ledicia es una de las autoras más jóvenes que han recibido este reconocimiento que poseen también otros gallegos como Agustín Fernández Paz (2008), Fina Casalderrey (1996) y Xabier P. Docampo (1995).

-Escarlatina le ha dado grandes alegrías este año pero supongo que este premio es la guinda del pastel.

-Estoy emocionadísima, lloro y río a la vez, porque no contaba para nada con este premio. Me alegra y enorgullece especialmente que otorguen el galardón a una obra escrita en gallego, una lengua minorizada, porque nos ayuda a estar más presentes en el mundo y a que se valore más nuestra literatura.

-Ha tocado unos temas que atraen especialmente a los niños actuales; la cocina, el humor y lo macabro, aunque también otro más atrevido, la muerte.

-Mi objetivo claro era desmitificar el tema de la muerte que, especialmente para los niños, sigue tratándose con muchos tabúes, y lo hago a través de un humor macabro, que se que gusta mucho a los niños. En Galicia hay además una gran tradición alrededor de la cocina y la muerte y se me ocurrió tratar las dos cuestiones en un libro que sabía que era arriesgado pero que me ha dado muchísimas alegrías. Además, mi hermana se dedica a la repostería creativa y me ayudó con las recetas que aparecen en el libro y que también han tenido mucho éxito entre los chavales. La escritura es una de las facetas de mi vida en la que me siento más libre; siempre he pensado que escribir es un ejercicio de libertad.

-Su protagonista es una mujer cocinera, que no hay muchas en la vida real.

-Fue totalmente buscado. Me parece insultante que, mientras las madres y las abuelas son las que han llevado siempre el peso de la cocina, cuando el sector se profesionaliza sean los hombres los protagonistas. Es un pequeño homenaje que hago a las mujeres.

-La novela va por la cuarta edición, 8.500 ejemplares vendidos en Galicia. ¿Cuál es la mejor forma de acercarse a los pequeños lectores?

-Bueno, yo simplemente pienso en las cosas que me gustaba a mí leer de pequeña. En este caso estuvo muy presente la serie de "El pequeño vampiro", historias que te daban un poquito de miedo pero que te enganchaban enseguida, como son también las de Tim Burton o Miyasaki. La acogida de los niños ha sido increíble. Me encanta cuando visito los colegios y me reciben con postres con la temática del libro, con dibujos con los motivos de terror que tanto les gustan, me han hecho poesías y pequeños cuentos a partir de la protagonista... Es una gozada ver que les gusta tanto. Aunque ahí también tienen mucho que ver los profesores y los padres que saben cómo incentivar a los niños en la lectura.

-¿El premio llevará a Escarlatina a los niños de fuera de Galicia?

-Ojalá sirva para que la literatura infantil, en general, tenga una mayor proyección y se den cuenta en las instituciones de que es un sector estratégico y que merece la pena apostar por él. De todos modos, en primavera se publica el libro en castellano en Anaya y en catalán en Barcanova. Además, estas ediciones coinciden con la publicación de la precuela de la obra en Xerais, que se titula "Esmeraldina, a pequeña defunta", y cuenta la historia de Escarlatina justo cuando muere.

-Dejó la abogacía para dedicarse en exclusiva a la literatura... Esa fue una decisión arriesgada.

-Sí, decidí dedicarme por completo a la literatura hace tres años, sabiendo que era una decisión arriesgada porque, más que vivir, con esta profesión se puede sobrevivir. Pero es mi batalla, mi pelea, mi apuesta personal y estoy contenta. Si un día tengo que volver al Derecho, pues lo haré, pero al menos no me quedará la pena de no haberlo intentado. Un premio con dotación económica como este me permite tener un colchón, que es un alivio importante.

-Cuando escribe una novela para niños, ¿siente que se le valora del mismo modo que cuando lo hace para adultos?

-La literatura infantil siempre ha estado denostada y es un contrasentido porque es con ella con la que ganamos a los futuros lectores y por eso debería ser de primera división.

-Leer aporta a los niños...

-Capacidad de crítica, que es algo que esencial en momentos como el que vivimos. Parece utópico pero creo en el poder de la cultura para hacernos mejores personas y más preparadas para afrontar el mundo y reconstruirlo.

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