Advierten de riesgos para la salud por el uso asiduo de algunas prendas deportivas
Investigadores hallan antimonio en ciertos artículos de poliéster - Este metal puede causar afectaciones dérmicas, problemas gastrointestinales y en el aparato reproductor
Científicos de la Universidad Rovira i Virgili (URV) de Tarragona han evaluado por primera vez los riesgos para la salud derivados de vestir algunas prendas deportivas hechas con tejidos que contienen metales y que, en contacto directo con la piel, podrían ser potencialmente peligrosos si su uso es continuado.
Los investigadores han identificado algunas prendas que, en contacto directo con la piel, podrían ser potencialmente peligrosas si la persona que las lleva lo hiciera de forma continuada, como es el caso de ropa de poliéster -el tejido que se utiliza en las camisetas deportivas, por ejemplo-, en la que han detectado una presencia de antimonio que, en algunos casos, está por encima de los límites permitidos.
Los investigadores -Joaquim Rovira, Martí Nadal, Josep Lluís Domingo y Marta Schumacher- aislaron los componentes de la ropa e identificar qué metales contiene. Posteriormente, generaron sudor artificial para comprobar si los metales que hay en los tejidos se desprenden de la ropa en contacto con el sudor y si se impregnan en la piel en un proceso de migración.
Aunque los riesgos derivados de la exposición dérmica a algunos metales tóxicos tradicionalmente siempre se han considerado residuales, este trabajo pone de manifiesto, según los científicos, que en algunas piezas de poliamida negra se encuentran niveles elevados de cromo y otras piezas de color verde, azul o marrón incluyen altos niveles de cobre.
También detectaron la presencia de nanopartículas de plata y de titanio en varias prendas de ropa, de las que aún se desconocen los efectos tóxicos.
De todos los resultados, lo que ha puesto en alerta a los investigadores ha sido el derivado de la presencia de antimonio en algunas prendas de poliéster. Sus efectos en contacto con la piel se traducen en algunas afectaciones dérmicas, así como problemas en el tracto gastrointestinal y en el aparato reproductor.
De hecho, la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer ha clasificado el trióxido de antimonio como un metal posiblemente cancerígeno para las personas.
El trabajo de los científicos de la URV pone de manifiesto que actualmente las personas están expuestas, a través de la piel, a un "cóctel de aditivos procedente de la industria textil" de algunos de cuyos compuestos se desconocen los efectos, aunque en el caso del antimonio supondrían un riesgo para la salud en caso de vestirse ininterrumpidamente.
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