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Retirados 47 carnés este año tras informes de la Guardia Civil o de la propia familia

Las patrullas de la Guardia Civil de Tráfico son observadores. En su labor de vigilancia han de afinar cuáles son los síntomas de una conducción bajo la influencia de alcohol y drogas, o cuál puede ser consecuencia de una afectación psicofísica. Indican desde el instituto armado que la inmovilización del automóvil es el proceder último, reservado a casos extremos, como el conductor que sigue al volante pese a que un ictus mermó su movilidad, o aquel que refleja sufrir una enfermedad mental. En el resto de supuestos, Tráfico observa y hace un informe para que el usuario regrese al psicotécnico. En lo que va de año la DGT ha retirado el permiso a 47 personas por recomendación del instituto armado o de los propios familiares. Es una cifra similar a la de 2015, aunque la tendencia es al aumento. Tráfico requiere una aclaración al centro responsable de la última revisión del afectado para descartar falta de rigor.

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