Ser católico no es ser siempre intachable en la conducta moral, por eso la conversión es siempre un camino abierto para todos. Ahora bien, es natural esperar una coherencia entre la fe profesada y el discurso público, más aún cuanto mayor es la responsabilidad del liderazgo asumido. La llamada que los obispos estadounidenses hacen a Joe Biden a trabajar juntos por el bien común es el camino adecuado; un trabajo que en el caso de los Estados Unidos de América remite a la hermosa visión de los misioneros y fundadores del país: “una nación bajo Dios, donde se defiende la santidad de cada vida humana y se garantiza la libertad de conciencia y religión”.