“Eu son o vento mareiro,
eu son o golpe de mar,
eu son o océano que brúa...”
Este es el comienzo de la versión deManuel Rivasde la“Canción de Amergín”, el poema épico fundacional de la literatura irlandesa que guarda un estrecho vínculo con Galicia, “na brétema da realidade e a lenda”, ya que según la mitología gaélica Amergín procedía del clan milesiano de Breogán, los hijos de Mil, evidentemente originarios de Galicia.
Oír a Manuel Rivas, estos días tuve la oportunidad de hacerlo en el Club FARO, es internarse en la profundidad de las ensoñaciones sin despegarse de las realidades más inmediatas: “Paz” para todos los conflictos presentes, pasados y futuros, en un momento que desear la “Paz” para algunos lugares del mundo parece convertirse en una declaración política o tomar partido por alguna de las partes. La paz es la paz. La deseamos muchos, no sé si todos, con todas nuestras fuerzas.
"Es evidente que Galicia, una tierra que se encuentra entre el olvido y el fin de la tierra, debe tener algo especial"
Manuel Rivas escribe con la imaginación desde el más profundo arraigo a la realidad. A lo que vivió y vive, pero también a las vivencias que le contaron. La realidad, la imaginación y el poder de la palabra. Esa palabra firme y vibrante que a veces se puede llegar a intoxicar con el mal uso y el paso del tiempo. Manuel Rivas narra la historia universal de cada uno de nosotros desde el borde del acantilado. En un lugar físico y mental situado entre el río “Lethes”, el río del olvido que nosotros denominamos “Limia” y el Finis Terrae, fin de la tierra, donde inevitablemente, con esa ubicación, algo tiene que pasar.
Es evidente que Galicia, una tierra que se encuentra entre el olvido y el fin de la tierra, debe tener algo especial. Y Manuel Rivas lo encuentra y lo universaliza en cada uno de sus personajes, de sus historias, de los lugares donde ocurren. Su nuevo libro, “La tierra oculta”, que incluye otros anteriores, ‘Un millón de vacas’, ‘Los comedores de patatas’, ‘En salvaje compañía’ y una antología de relatos posteriores que lleva por título "Los habitantes de la dificultad", es un texto de textos revividos y renovados que no idealizan el mundo rural ni son una rama del “realismo mágico”, como mucho, tal como indicó de manera expresiva mi admirado y querido amigo Xurxo Souto, son “punkismo mágico”.
Leo y releo los libros y los textos de Manuel Rivas. Y cada vez me entusiasma su lectura encontrando algo nuevo e inesperado a pesar de ya conocerlos. Es como la vida, cada día, cada circunstancia te descubre algo nuevo y te exige, para estar realmente vivo, “sempre recomezar”.