Síguenos en redes sociales:

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Boceto para brindis

Acaba el bisiesto como había empezado, o sea, con la amenaza del independentismo catalán de irse de España y crear un nuevo foco de gresca en Europa, como asunto de mayor calado. Bien, para que no nos amarguen otro año tal vez habría que empezar a tomar el asunto con humor, un disolvente de los fundamentalismos infalible, y hacerse a la idea de que es una de esas enfermedades crónicas con las que, para vivir, hay que aprender a convivir. Bien mirado ese tono enfático y heroico de los independentistas, jugando a mártires y haciendo de su proceso por desacato una persecución frente a un país entero, es bastante ridículo, apesta a naftalina patriótica, y mueve a risa teniendo en cuenta que la mitad de su propio país no los secunda. Ahora bien, el humor exige saber reírse de uno mismo, y los españolistas podrían ir también aprendiendo. Yo brindaré esta noche por tomarnos menos en serio.

Esta es una noticia premium. Si eres suscriptor pincha aquí.

Si quieres continuar leyendo hazte suscriptor desde aquí y descubre nuestras tarifas.