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El boom urbano va trocando el paisaje agrario, tierras de labor por solares donde el fruto de la tierra son los edificios. Aún hay quien resiste a esa receta de “progreso” a golpe de sacho, como este vecino del centro moañés.

La tierra, para quien la labra

Hablando se entiende a la gente

Para gustos, colores, y la discrepancia política, y tanto o más las diferencias de opinión en cuestiones sociales, son ingredientes esenciales para la salud democrática. Mezclarlos con finalidad de inducir el vómito o buscando la indigestión son propios de cocineros perversos que no prueban la comida antes de servirla. Una buena mesa invita al diálogo y hace mejores amigos.

¡Despejen la sala!

Y sin dejar los ingredientes de una buena mesa, urge recordar que hay maneras de comprarlo más saludables que el apelotonamiento. Hay producto para todos y la plaza de abastos no debe parecerse al mercado bursátil de Tokio.

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