Alemania está conmocionada desde que el domingo empezaron a difundirse datos consistentes sobre el asesinato del político conservador Walter Lübcke, correligionario de la canciller Merkel (CDU), un conocido defensor de la acogida de migrantes irregulares hallado muerto el pasado día 2 de un tiro presuntamente disparado por un neonazi. La Fiscalía federal confirmó ayer que investiga la muerte de Lübcke, de 65 años, como una "agresión ultraderechista" perpetrada, según "firmes sospechas", por Stephan E., un hombre de 45 años.

Pese a todas las presunciones, el portavoz del Ejecutivo de Merkel pidió ayer prudencia para no extraer conclusiones precipitadas: "La canciller confía en un rápido esclarecimiento del crimen", indicó el portavoz, Steffen Seibert. "Es importante que la Fiscalía haya asumido la investigación, que se analice todo el trasfondo y se aclare lo ocurrido lo antes posible", indicó la propia Merkel. Los Verdes y La Izquierda han pedido la convocatoria inmediata de una reunión de la Comisión de Interior del Bundestag ante la sospecha de que detrás de la muerte de Lübcke, que fue diputado en el estado de Hesse, haya una trama ultraderechista.

Esta sospecha fue apuntada desde un principio por los medios, ya que Lübcke había sido víctima de un continuo hostigamiento de elementos radicales y, con posterioridad a su muerte, se habían difundido en las redes sociales neonazis mensajes que celebraban su muerte y denigraban su actuación política.

Refugiados

Lübcke se situó en la diana neonazi en 2015 al defender la decisión de Merkel de abrir las fronteras del país a la oleada de refugiados que llevó a un millón de ellos al país, en su mayoría desde Turquía, placa giratoria desde la que desembarcaron en Europa gran cantidad de refugiados y migrantes económicos llegados de la vecina Siria y de numerosos puntos de Asia y África.

Su persecución empezó ese mismo año, después de que en un acto público invocase el mandato evangélico en defensa de los refugiados y desafiase a quien no estuviera de acuerdo a "irse de Alemania". Un blog neonazi difundió su domicilio, teléfonos y correo electrónico.

Al parecer, el sospechoso ahora detenido había colgado meses atrás en las redes sociales un mensaje, firmado como "Game Over" (juego terminado), en el que advertía: "Si este Gobierno no dimite de inmediato habrá muertos". Fichado por actividades anticonstitucionales, Stephan E. tenía vinculaciones con varios grupos neonazis y en su historial figuran varios hechos violentos contra inmigrantes y sindicalistas. La Policía trata ahora de determinar si actuó solo o en el seno de una trama organizada.

Este mismo domingo, el grupo xenófobo AfD fracasó en su intento de hacerse con su primera alcaldía, la de Görlitz (Sajonia), ciudad de 55.000 habitantes que es uno de sus grandes bastiones. Su candidato, Sebastian Wippel, el más votado en la primera vuelta, recogió un 44,9% de apoyos, frente a un 55,1% de su rival, el democristiano Octavian Ursu.