Cirugía general y digestiva

Por Beatriz García

¿En qué intervenciones de cirugía general se utiliza el robot Da Vinci?

En cirugía general y digestiva las patologías que más se beneficiarán de esta técnica son el cáncer de recto, el cáncer de colon con linfadenectomías más amplias y las enfermedades del hígado y páncreas.

Como parte de la cirugía mínimamente invasiva está indicada en todos aquellos procesos donde se pueda indicar un abordaje laparoscópico en aras de la menor invasión quirúrgica para el paciente y una más pronta recuperación.

¿Qué mejoras supone con respecto a la cirugía clásica?

Actualmente, la cirugía robótica es la técnica más sofisticada y avanzada del mundo en cirugía mínimamente invasiva disponible. El objetivo de adquirir esta herramienta es mejorar la calidad asistencial y quirúrgica que ofrecemos a nuestros pacientes. Permite al cirujano realizar las intervenciones quirúrgicas a distancia, sentado frente a una consola instalada en el interior del quirófano, mediante la cual controla unos brazos robóticos articulados. La visión en tres dimensiones aumentada y la movilidad de los instrumentos facilitan el acceso a zonas anatómicas complejas dónde se está interviniendo. El principal beneficio de esta técnica quirúrgica es que añade mayor seguridad y precisión a la cirugía. Se minimizan los posibles temblores involuntarios, y se perfeccionan los movimientos del experto. Cada gesto está meticulosamente medido porque el robot elimina posibles temblores que el cirujano tenga.

¿Cómo se traduce eso en términos de bienestar postoperatorio y mejora del pronóstico?

Los pacientes, fruto de esa intervención mínimamente invasiva, tienen menos dolor durante el postoperatorio, una recuperación más rápida, cicatrices más pequeñas, menos días de hospitalización y pueden incorporarse antes a su actividad habitual.

¿Qué operación recuerda por su complejidad con el robot Da Vinci?

Una cirugía conjunta de cáncer de recto y metástasis hepáticas concomitantes en un paciente con gran fragilidad. El robot fue de gran ayuda en una intervención de alta complejidad como es el cáncer de recto y la resección de hígado. La recuperación del paciente fue muy satisfactoria y ausente de complicaciones.

¿Qué formación específica se precisa para su uso?

Para poder realizar la cirugía robótica todo el personal implicado ha realizado un proceso de entrenamiento previo, un aprendizaje tutelado para emplear de forma segura y sacar el máximo rendimiento al robot quirúrgico.

¿Cómo ve el futuro de la cirugía? ¿Qué expectativas concretas tiene para la mejora de su servicio?

La cirugía se encamina hacia una robotización progresiva. La cirugía será cada vez menos invasiva y en ello la robótica tiene un papel determinante. En los quirófanos habrá robots compactos y robots modulares y su uso se podrá diversificar y emplear sistemas robóticos más simples para procesos de menor complejidad y sistemas robóticos más avanzados para los procesos de mayor complejidad.

De forma concreta, en un servicio clínico la incorporación de la cirugía robótica y su posterior expansión es una oportunidad de incrementar la cirugía de mínima invasión en procesos de alta complejidad donde no se realizaba este tipo de abordaje, sin olvidar que es una herramienta formativa muy potente para los cirujanos en periodo de formación.