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Menos aforo, menos cantidad de filmes, menos actividades paralelas pero idéntica calidad en los trabajos presentados y fundadas esperanzas de seguir contando con el calor del público. Así se ha puesto en marcha la decimotercera edición del Festival Internacional de Curtametraxes de Bueu, que levantó ayer el telón del Centro Social do Mar con una jornada inaugural que simplemente sirvió de aperitivo a lo que vendrá en estos siguientes ocho días de cine en pequeño formato. 84 cortos, 9 secciones y un ejercicio de resiliencia en tiempos difíciles.
Menos aforo, menos cantidad de filmes, menos actividades paralelas pero idéntica calidad en los trabajos presentados y fundadas esperanzas de seguir contando con el calor del público. Así se ha puesto en marcha la decimotercera edición del Festival Internacional de Curtametraxes de Bueu, que levantó ayer el telón del Centro Social do Mar con una jornada inaugural que simplemente sirvió de aperitivo a lo que vendrá en estos siguientes ocho días de cine en pequeño formato. 84 cortos, 9 secciones y un ejercicio de resiliencia en tiempos difíciles.
Menos aforo, menos cantidad de filmes, menos actividades paralelas pero idéntica calidad en los trabajos presentados y fundadas esperanzas de seguir contando con el calor del público. Así se ha puesto en marcha la decimotercera edición del Festival Internacional de Curtametraxes de Bueu, que levantó ayer el telón del Centro Social do Mar con una jornada inaugural que simplemente sirvió de aperitivo a lo que vendrá en estos siguientes ocho días de cine en pequeño formato. 84 cortos, 9 secciones y un ejercicio de resiliencia en tiempos difíciles.
Menos aforo, menos cantidad de filmes, menos actividades paralelas pero idéntica calidad en los trabajos presentados y fundadas esperanzas de seguir contando con el calor del público. Así se ha puesto en marcha la decimotercera edición del Festival Internacional de Curtametraxes de Bueu, que levantó ayer el telón del Centro Social do Mar con una jornada inaugural que simplemente sirvió de aperitivo a lo que vendrá en estos siguientes ocho días de cine en pequeño formato. 84 cortos, 9 secciones y un ejercicio de resiliencia en tiempos difíciles.
Menos aforo, menos cantidad de filmes, menos actividades paralelas pero idéntica calidad en los trabajos presentados y fundadas esperanzas de seguir contando con el calor del público. Así se ha puesto en marcha la decimotercera edición del Festival Internacional de Curtametraxes de Bueu, que levantó ayer el telón del Centro Social do Mar con una jornada inaugural que simplemente sirvió de aperitivo a lo que vendrá en estos siguientes ocho días de cine en pequeño formato. 84 cortos, 9 secciones y un ejercicio de resiliencia en tiempos difíciles.
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Menos aforo, menos cantidad de filmes, menos actividades paralelas pero idéntica calidad en los trabajos presentados y fundadas esperanzas de seguir contando con el calor del público. Así se ha puesto en marcha la decimotercera edición del Festival Internacional de Curtametraxes de Bueu, que levantó ayer el telón del Centro Social do Mar con una jornada inaugural que simplemente sirvió de aperitivo a lo que vendrá en estos siguientes ocho días de cine en pequeño formato. 84 cortos, 9 secciones y un ejercicio de resiliencia en tiempos difíciles.
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Menos aforo, menos cantidad de filmes, menos actividades paralelas pero idéntica calidad en los trabajos presentados y fundadas esperanzas de seguir contando con el calor del público. Así se ha puesto en marcha la decimotercera edición del Festival Internacional de Curtametraxes de Bueu, que levantó ayer el telón del Centro Social do Mar con una jornada inaugural que simplemente sirvió de aperitivo a lo que vendrá en estos siguientes ocho días de cine en pequeño formato. 84 cortos, 9 secciones y un ejercicio de resiliencia en tiempos difíciles.
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