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Borja Melchor
Ver galería >Vigo es un hervidero este fin de semana. El comienzo del puente de diciembre –que algunos alargarán hasta el próximo jueves o incluso más allá–, las comidas y cenas navideñas, los 11 millones de luces LED que engalanan unas 400 calles, la oferta cultural y de ocio, las atracciones, las compras navideñas y el buen tiempo -fue una jornada soleada, aunque con protagonismo del frío, con temperaturas por debajo de 10 grados- hicieron posible que la ciudad estuviese abarrotada. No cabía un alfiler en el centro: Príncipe, Policarpo Sanz, Porta do Sol o la Alameda lucieron llenas de vigueses y visitantes, así como los negocios de hostelería, en los que fue complicado encontrar sitios disponibles.
R. Grobas / J. Lores
Vigo es un hervidero este fin de semana. El comienzo del puente de diciembre –que algunos alargarán hasta el próximo jueves o incluso más allá–, las comidas y cenas navideñas, los 11 millones de luces LED que engalanan unas 400 calles, la oferta cultural y de ocio, las atracciones, las compras navideñas y el buen tiempo -fue una jornada soleada, aunque con protagonismo del frío, con temperaturas por debajo de 10 grados- hicieron posible que la ciudad estuviese abarrotada. No cabía un alfiler en el centro: Príncipe, Policarpo Sanz, Porta do Sol o la Alameda lucieron llenas de vigueses y visitantes, así como los negocios de hostelería, en los que fue complicado encontrar sitios disponibles.
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Vigo es un hervidero este fin de semana. El comienzo del puente de diciembre –que algunos alargarán hasta el próximo jueves o incluso más allá–, las comidas y cenas navideñas, los 11 millones de luces LED que engalanan unas 400 calles, la oferta cultural y de ocio, las atracciones, las compras navideñas y el buen tiempo -fue una jornada soleada, aunque con protagonismo del frío, con temperaturas por debajo de 10 grados- hicieron posible que la ciudad estuviese abarrotada. No cabía un alfiler en el centro: Príncipe, Policarpo Sanz, Porta do Sol o la Alameda lucieron llenas de vigueses y visitantes, así como los negocios de hostelería, en los que fue complicado encontrar sitios disponibles.
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Vigo es un hervidero este fin de semana. El comienzo del puente de diciembre –que algunos alargarán hasta el próximo jueves o incluso más allá–, las comidas y cenas navideñas, los 11 millones de luces LED que engalanan unas 400 calles, la oferta cultural y de ocio, las atracciones, las compras navideñas y el buen tiempo -fue una jornada soleada, aunque con protagonismo del frío, con temperaturas por debajo de 10 grados- hicieron posible que la ciudad estuviese abarrotada. No cabía un alfiler en el centro: Príncipe, Policarpo Sanz, Porta do Sol o la Alameda lucieron llenas de vigueses y visitantes, así como los negocios de hostelería, en los que fue complicado encontrar sitios disponibles.
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Vigo es un hervidero este fin de semana. El comienzo del puente de diciembre –que algunos alargarán hasta el próximo jueves o incluso más allá–, las comidas y cenas navideñas, los 11 millones de luces LED que engalanan unas 400 calles, la oferta cultural y de ocio, las atracciones, las compras navideñas y el buen tiempo -fue una jornada soleada, aunque con protagonismo del frío, con temperaturas por debajo de 10 grados- hicieron posible que la ciudad estuviese abarrotada. No cabía un alfiler en el centro: Príncipe, Policarpo Sanz, Porta do Sol o la Alameda lucieron llenas de vigueses y visitantes, así como los negocios de hostelería, en los que fue complicado encontrar sitios disponibles.
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Vigo es un hervidero este fin de semana. El comienzo del puente de diciembre –que algunos alargarán hasta el próximo jueves o incluso más allá–, las comidas y cenas navideñas, los 11 millones de luces LED que engalanan unas 400 calles, la oferta cultural y de ocio, las atracciones, las compras navideñas y el buen tiempo -fue una jornada soleada, aunque con protagonismo del frío, con temperaturas por debajo de 10 grados- hicieron posible que la ciudad estuviese abarrotada. No cabía un alfiler en el centro: Príncipe, Policarpo Sanz, Porta do Sol o la Alameda lucieron llenas de vigueses y visitantes, así como los negocios de hostelería, en los que fue complicado encontrar sitios disponibles.
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Vigo es un hervidero este fin de semana. El comienzo del puente de diciembre –que algunos alargarán hasta el próximo jueves o incluso más allá–, las comidas y cenas navideñas, los 11 millones de luces LED que engalanan unas 400 calles, la oferta cultural y de ocio, las atracciones, las compras navideñas y el buen tiempo -fue una jornada soleada, aunque con protagonismo del frío, con temperaturas por debajo de 10 grados- hicieron posible que la ciudad estuviese abarrotada. No cabía un alfiler en el centro: Príncipe, Policarpo Sanz, Porta do Sol o la Alameda lucieron llenas de vigueses y visitantes, así como los negocios de hostelería, en los que fue complicado encontrar sitios disponibles.
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Vigo es un hervidero este fin de semana. El comienzo del puente de diciembre –que algunos alargarán hasta el próximo jueves o incluso más allá–, las comidas y cenas navideñas, los 11 millones de luces LED que engalanan unas 400 calles, la oferta cultural y de ocio, las atracciones, las compras navideñas y el buen tiempo -fue una jornada soleada, aunque con protagonismo del frío, con temperaturas por debajo de 10 grados- hicieron posible que la ciudad estuviese abarrotada. No cabía un alfiler en el centro: Príncipe, Policarpo Sanz, Porta do Sol o la Alameda lucieron llenas de vigueses y visitantes, así como los negocios de hostelería, en los que fue complicado encontrar sitios disponibles.
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Vigo es un hervidero este fin de semana. El comienzo del puente de diciembre –que algunos alargarán hasta el próximo jueves o incluso más allá–, las comidas y cenas navideñas, los 11 millones de luces LED que engalanan unas 400 calles, la oferta cultural y de ocio, las atracciones, las compras navideñas y el buen tiempo -fue una jornada soleada, aunque con protagonismo del frío, con temperaturas por debajo de 10 grados- hicieron posible que la ciudad estuviese abarrotada. No cabía un alfiler en el centro: Príncipe, Policarpo Sanz, Porta do Sol o la Alameda lucieron llenas de vigueses y visitantes, así como los negocios de hostelería, en los que fue complicado encontrar sitios disponibles.
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Vigo es un hervidero este fin de semana. El comienzo del puente de diciembre –que algunos alargarán hasta el próximo jueves o incluso más allá–, las comidas y cenas navideñas, los 11 millones de luces LED que engalanan unas 400 calles, la oferta cultural y de ocio, las atracciones, las compras navideñas y el buen tiempo -fue una jornada soleada, aunque con protagonismo del frío, con temperaturas por debajo de 10 grados- hicieron posible que la ciudad estuviese abarrotada. No cabía un alfiler en el centro: Príncipe, Policarpo Sanz, Porta do Sol o la Alameda lucieron llenas de vigueses y visitantes, así como los negocios de hostelería, en los que fue complicado encontrar sitios disponibles.
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Vigo es un hervidero este fin de semana. El comienzo del puente de diciembre –que algunos alargarán hasta el próximo jueves o incluso más allá–, las comidas y cenas navideñas, los 11 millones de luces LED que engalanan unas 400 calles, la oferta cultural y de ocio, las atracciones, las compras navideñas y el buen tiempo -fue una jornada soleada, aunque con protagonismo del frío, con temperaturas por debajo de 10 grados- hicieron posible que la ciudad estuviese abarrotada. No cabía un alfiler en el centro: Príncipe, Policarpo Sanz, Porta do Sol o la Alameda lucieron llenas de vigueses y visitantes, así como los negocios de hostelería, en los que fue complicado encontrar sitios disponibles.
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Vigo es un hervidero este fin de semana. El comienzo del puente de diciembre –que algunos alargarán hasta el próximo jueves o incluso más allá–, las comidas y cenas navideñas, los 11 millones de luces LED que engalanan unas 400 calles, la oferta cultural y de ocio, las atracciones, las compras navideñas y el buen tiempo -fue una jornada soleada, aunque con protagonismo del frío, con temperaturas por debajo de 10 grados- hicieron posible que la ciudad estuviese abarrotada. No cabía un alfiler en el centro: Príncipe, Policarpo Sanz, Porta do Sol o la Alameda lucieron llenas de vigueses y visitantes, así como los negocios de hostelería, en los que fue complicado encontrar sitios disponibles.
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Vigo es un hervidero este fin de semana. El comienzo del puente de diciembre –que algunos alargarán hasta el próximo jueves o incluso más allá–, las comidas y cenas navideñas, los 11 millones de luces LED que engalanan unas 400 calles, la oferta cultural y de ocio, las atracciones, las compras navideñas y el buen tiempo -fue una jornada soleada, aunque con protagonismo del frío, con temperaturas por debajo de 10 grados- hicieron posible que la ciudad estuviese abarrotada. No cabía un alfiler en el centro: Príncipe, Policarpo Sanz, Porta do Sol o la Alameda lucieron llenas de vigueses y visitantes, así como los negocios de hostelería, en los que fue complicado encontrar sitios disponibles.
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Vigo es un hervidero este fin de semana. El comienzo del puente de diciembre –que algunos alargarán hasta el próximo jueves o incluso más allá–, las comidas y cenas navideñas, los 11 millones de luces LED que engalanan unas 400 calles, la oferta cultural y de ocio, las atracciones, las compras navideñas y el buen tiempo -fue una jornada soleada, aunque con protagonismo del frío, con temperaturas por debajo de 10 grados- hicieron posible que la ciudad estuviese abarrotada. No cabía un alfiler en el centro: Príncipe, Policarpo Sanz, Porta do Sol o la Alameda lucieron llenas de vigueses y visitantes, así como los negocios de hostelería, en los que fue complicado encontrar sitios disponibles.
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Vigo es un hervidero este fin de semana. El comienzo del puente de diciembre –que algunos alargarán hasta el próximo jueves o incluso más allá–, las comidas y cenas navideñas, los 11 millones de luces LED que engalanan unas 400 calles, la oferta cultural y de ocio, las atracciones, las compras navideñas y el buen tiempo -fue una jornada soleada, aunque con protagonismo del frío, con temperaturas por debajo de 10 grados- hicieron posible que la ciudad estuviese abarrotada. No cabía un alfiler en el centro: Príncipe, Policarpo Sanz, Porta do Sol o la Alameda lucieron llenas de vigueses y visitantes, así como los negocios de hostelería, en los que fue complicado encontrar sitios disponibles.
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Vigo es un hervidero este fin de semana. El comienzo del puente de diciembre –que algunos alargarán hasta el próximo jueves o incluso más allá–, las comidas y cenas navideñas, los 11 millones de luces LED que engalanan unas 400 calles, la oferta cultural y de ocio, las atracciones, las compras navideñas y el buen tiempo -fue una jornada soleada, aunque con protagonismo del frío, con temperaturas por debajo de 10 grados- hicieron posible que la ciudad estuviese abarrotada. No cabía un alfiler en el centro: Príncipe, Policarpo Sanz, Porta do Sol o la Alameda lucieron llenas de vigueses y visitantes, así como los negocios de hostelería, en los que fue complicado encontrar sitios disponibles.
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