Los pesqueros que Nueva Pescanova ha adjudicado al astillero vigués Armón (tres arrastreros fresqueros para Namibia y cuatro tangoneros congeladores para Mozambique) son los primeros buques que encarga desde 1987, con el Sil, que costó entonces 1.325 millones de pesetas.
Un viaje por la flota de Pescanova
El Galicia fue el primer buque factoría de Pescanova, denominado antes como Alfonso XIII y Habana. Se botó en 1964 después de haber sido acondicionado para elaborar y congelar a bordo las capturas que le trasvasaban los barcos de pesca. Podía congelar más de 100 toneladas en 24 horas, con máquinas de hielo y fileteadoras a bordo
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Todos los barcos que trasvasaban pescado al Galicia tenían nombres de ríos gallegos. Uno era el Eo, construido en Hijos de J. Barreras en 1963. Se fabricaron diez unidades. Iban equipados con un sistema combinado que permitía el arrastre por popa y de cerco, con seis bodegas tanque para conservar el pescado a dos grados bajo cero.
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El Lemos fue el primer pesquero congelador de la flota española y una revolución para la industria. Costó 30,4 millones de pesetas. Comenzó con viajes de exploración al sur de Brasil, Uruguay o Argentina. Le seguirían otros siete barcos similares, todos congeladores y todos con nombres de castillos gallegos. Para finales de los sesenta Pescanova tendría ya un centenar de buques. Tenía una capacidad de 250 toneladas de pescado congelado
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“Flamante, acabado de salir del astillero, el primer buque pesquero congelador de España, lleva nombre gallego en su bandera y atraca a una dársena de Vigo. El Lemos es el primer buque de una serie de ocho, todos dotados del sistema de congelación rápida. Todos ostentarán nombres de castillos gallegos —Andrade, Pambre, Doncos, Soutomaior, Sobroso, Monterrei y Monterreal—. Todos armados por Pescanova, S.A. y construidos en la factoría naval de Meira, propiedad de Astilleros Construcciones, S.A”. Así relató la revista Industrias Pesqueras un hito para la pesca mundial
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Los viajes eran largos. “Anteanoche llegó a Vigo un grupo de marineros de la flota que opera en Sudáfrica en torno al buque factoría Galicia”, tituló entonces FARO en primera página. Era 1965. “Unos marineros comentan con sus familiares diferentes la vida en Sudáfrica. A los blancos no se les permite hablar con mujeres negras [...] La entrada a los cabarets cuesta un rand (más de 80 pesetas)"
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“Pescanova tenía barcos maravillosos. Estuve en el Sil, que tenía rampa por popa. El Sil era tan grande que, además de elaborar nuestras propias capturas de merluza, teníamos varios colaboradores: barcos que pescaban para nosotros, allá en Sudáfrica”. Era el primer Sil, uno de los barcos rampleros por popa que construyó Pescanova, de nuevo adelantándose a la industria.
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El buque naufragó frente a Sálvora. “Tuvo mala suerte pues un día, después de descargar y cuando se estaba pertrechando, empezó a arder la bodega, no pudieron sofocar el fuego y el capitán lo llevó hasta fuera de las Cíes, donde se hundió. El Sil era un barco precioso”. Fue reemplazado en 1987, y fue la última vez que Pescanova encargó un barco desde cero. En la imagen, la bendición del pesquero, ya con Manuel Fernández de Sousa como presidente del grupo.
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El Gelmírez fue otra revolución. “La puesta en servicio del Gondomar y el Gelmírez sitúan a nuestro país en la estela de la primacía europea”, tituló entonces FARO. Pescanova tenía entonces ya la mayor flota de España. Estas dos unidades se construyeron en Ascón (Meira).
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El Miño costó 225 millones de pesetas, ya muy por encima del Lemos. Se entregó en 1969 y fue de nuevo rompedor: 110 metros de eslora, 15,7 de manga y capacidad de producción de 32 toneladas diarias. La factoría contaba con maquinaria para el descabezado y fileteado, con equipos mecánicos de clasificación. Llevaba 60 hombres a bordo.
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Los pesqueros que Nueva Pescanova ha adjudicado al astillero vigués Armón (tres arrastreros fresqueros para Namibia y cuatro tangoneros congeladores para Mozambique) son los primeros buques que encarga desde 1987, con el Sil, que costó entonces 1.325 millones de pesetas.
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La primera World Fishing Exhibition celebrada en Vigo sirvió de puesta de largo para el Ribadeo, ensalzado por el ministro soviético de pesquerías, Alexander Akinovitch. Dotado de gran equipamiento y automatismos, era más eficiente que sus predecesores.
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La flota de Mozambique se nutrió de buques procedentes de Japón y del astillero Rodman Polyships, de Meira. El Vega 5 se hizo famoso tras haber sufrido un secuestro a 400 millas de la costa somalí en diciembre de 2010. Llevaba dos marineros gallegos a bordo, que fueron rescatados.
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La mozambiqueña es una subsidiaria pequeña dentro del grupo Nueva Pescanova, aunque es la más numerosa en número de buques. Tiene 32, con una eslora media de 30 metros. La compañía apenas faena unas 3.000 toneladas de langostino salvaje en este caladero.
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La filial de Argenova es la más rentable en canto al Ebitda que genera. Pescanova opera allí con 18 barcos, que se dedican a la pesca de merluza, pota o langostino. El de la imagen es el Argenova XXIII, dedicado a la última pesquería. Porta los característicos tangones, con los que faena langostino, de ahí que este tipo de congeladores sean conocidos como tangoneros. Cuenta con 39 metros de eslora.
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Los nuevos arrastreros de Pescanova para el caladero namibio tendrán 50 metros de eslora y no tendrán capacidad de frío, con lo que nutrirán prácticamente just in time a las factorías de Lüderitz y Walvis Bay. Cada uno costará diez millones de euros y serán construidos en las gradas de Armón Vigo.
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Curiosamente el último barco encargado por Pescanova ya no forma parte de su flota. Se trata del Sil, especializado en el caladero de Malvinas, que fue vendido a Grupo Frigoríficos del Morrazo junto con el New Polar. Al operar en Argentina la multinacional no podía trabajar en estas islas de soberanía británica.
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El Ila sigue activo y es uno de los más antiguos de la flota del grupo. De 1969, pasó de la flota de Pesca Chile a Belnova, la filial de Uruguay. Se ha renombrado como Río Solís III después de la quiebra de la subsidiaria chilena. Pescanova pagó cinco millones de euros para rescatarlo.
El Galicia fue el primer buque factoría de Pescanova, denominado antes como Alfonso XIII y Habana. Se botó en 1964 después de haber sido acondicionado para elaborar y congelar a bordo las capturas que le trasvasaban los barcos de pesca. Podía congelar más de 100 toneladas en 24 horas, con máquinas de hielo y fileteadoras a bordo